El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles un decreto con el propósito de retirar la financiación federal a las escuelas públicas que incluyan en su currículo la teoría crítica de la raza o programas de sensibilización sobre la transición de género. La medida cumple con dos de sus promesas clave durante la campaña electoral.

El decreto, titulado “Poner fin al adoctrinamiento radical en las escuelas”, establece que las instituciones educativas que promuevan la teoría crítica de la raza dejarán de recibir recursos federales. Según Trump, este tipo de enseñanza “adoctrina a los niños con ideologías radicales y antiestadounidenses” y restringe la capacidad de los padres para decidir sobre la educación de sus hijos.

El mandatario argumentó que este entorno educativo “actúa como una cámara de resonancia, donde los estudiantes se ven forzados a aceptar estas ideologías sin cuestionarlas”. Además, señaló que los niños son “forzados a adoptar identidades de víctimas u opresores únicamente basándose en el color de su piel y otras características inmutables”.

La teoría crítica de la raza es un concepto académico que analiza las desigualdades raciales en Estados Unidos bajo la premisa de que el racismo es un fenómeno sistémico en las instituciones. Sin embargo, ha sido criticada por sectores conservadores, que consideran su enseñanza como una imposición ideológica.

Este decreto sigue a otra orden firmada el martes por Trump, que pone fin a las ayudas federales para tratamientos de transición de género en menores, incluyendo procedimientos químicos y quirúrgicos. La administración argumentó que estas medidas buscan proteger a los menores de decisiones irreversibles sobre su identidad de género.

Además de las regulaciones educativas, el presidente firmó un tercer decreto que autoriza la expulsión de residentes extranjeros, como estudiantes con visas, que hayan participado en actos de violencia durante las recientes protestas pro-palestinas en Estados Unidos.

Las universidades del país han sido escenario de manifestaciones en contra de la guerra de Israel en la Franja de Gaza, algunas de las cuales derivaron en enfrentamientos y disturbios. La nueva normativa permite la deportación de extranjeros involucrados en estos eventos bajo ciertas condiciones.

Las decisiones de Trump se enmarcan en su estrategia de campaña para consolidar el apoyo de su base conservadora. Estas medidas han generado un fuerte debate en el ámbito político y social, con apoyo de sectores republicanos y críticas de grupos defensores de derechos civiles y educación inclusiva.