La Corte Suprema de Israel decidió este domingo anular una controvertida ley impulsada por el primer ministro Benjamin Netanyahu que buscaba recortar facultades a los jueces, en un fallo que representa un duro golpe para el gobierno de coalición de derechas.

La Ley fue aprobada en diciembre por la Knéset (Parlamento) como parte de una reforma del sistema judicial propuesta por Netanyahu, pero desató protestas al considerarse un ataque contra la democracia israelí.

Tras intensos debates, el Tribunal Supremo determinó revocar la norma por ocho votos contra siete, al estimar que causaba un “daño grave” a las características fundamentales de Israel como estado democrático.

La ley limitaba la capacidad de los jueces para anular como “irrazonables” decisiones del gobierno y la Knéset. El tribunal defendió tener potestad para revisar leyes que violen principios democráticos básicos.

El partido Likud de Netanyahu criticó con dureza el fallo, que entra en vigor de forma inmediata y supone un fuerte traspiés a los planes del Ejecutivo en materia judicial.