Colombia se suma a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, potenciando su relación comercial con Asia
Por: Maria Jose Salcedo
14 mayo, 2025

Colombia oficializó su ingreso a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, un programa estratégico de inversiones en infraestructura que busca expandir la influencia global del gigante asiático. La firma del acuerdo se llevó a cabo durante la visita del presidente Gustavo Petro a Pekín, donde sostuvo una reunión con su homólogo chino, Xi Jinping.
La adhesión de Colombia al multimillonario proyecto fue destacada por el mandatario colombiano como un hecho histórico que redefine las relaciones exteriores del país. “Ya entramos a la Ruta de la Seda”, afirmó Petro en un comunicado, refiriéndose al nombre alternativo del programa chino.
La ceremonia de firma del acuerdo estuvo encabezada por la canciller Laura Sarabia, quien destacó que el convenio abre nuevas oportunidades de inversión en sectores clave para el desarrollo económico colombiano. En un video publicado en la red social X, Petro subrayó que la iniciativa permitirá reducir el déficit comercial con China, que actualmente asciende a 14.000 millones de dólares.
Reacciones y expectativas tras la firma del acuerdo
La adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha generado reacciones mixtas en el ámbito comercial y diplomático. Mientras que el Gobierno de Petro defiende el acuerdo como un paso clave para fortalecer la infraestructura del Litoral Pacífico y crear nuevos vínculos comerciales, sectores empresariales y analistas temen posibles represalias comerciales de Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia.
En los últimos años, China ha incrementado significativamente su presencia económica en América Latina, consolidándose como el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú. Según datos oficiales, entre enero y septiembre de 2024, el comercio bilateral entre China y América Latina alcanzó los 427.400 millones de dólares, un 7,7 % más que en el mismo período del año anterior.
Impacto en la relación con Estados Unidos
La decisión de Colombia de unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta podría tensar las relaciones con Estados Unidos. En febrero pasado, Panamá canceló su adhesión al programa chino tras recibir advertencias del presidente Donald Trump sobre la posible intervención estadounidense en el canal interoceánico, en respuesta a la creciente influencia de Pekín en la región.
Colombia mantiene a Estados Unidos como principal destino de sus exportaciones, representando el 30 % del total, según datos de la Asociación Nacional de Comercio Exterior. Sin embargo, las importaciones chinas ya superan a las estadounidenses, lo que evidencia un cambio en la balanza comercial del país sudamericano.
Proyecciones y nuevos acuerdos comerciales
En el marco del IV Foro Ministerial China-Celac, Xi Jinping reafirmó el compromiso de Pekín con América Latina, anunciando 9.200 millones de dólares en créditos para el desarrollo regional. Durante su intervención, Petro aseguró que la adhesión de Colombia a la Ruta de la Seda marca un antes y un después en la política exterior del país, permitiendo establecer relaciones más equitativas y diversificadas a nivel global.
En ese contexto, el presidente colombiano defendió su postura ante las críticas internas y externas: “Vamos a hablar con Xi Jinping de tú a tú, no como arrodillados”.
El acuerdo también contempla proyectos estratégicos de infraestructura en el Litoral Pacífico colombiano, donde en febrero se inauguró una nueva conexión marítima con Shanghái, y abre la puerta a inversiones en sectores clave como la transición energética y el desarrollo tecnológico.
¿Qué es la ruta de la seda?
La Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como la Nueva Ruta de la Seda , es un megaproyecto global lanzado por China en 2013 con el objetivo de conectar Asia, Europa, África y América Latina mediante redes de infraestructura, comercio y cooperación económica. Su nombre hace referencia a las antiguas rutas comerciales de la seda, pero en su versión moderna incluye la construcción de carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, zonas industriales y corredores digitales.
China ha utilizado esta estrategia no solo para expandir su comercio, sino también para afianzar su liderazgo geopolítico. Más de 150 países ya se han sumado a esta iniciativa, que ha implicado cientos de miles de millones de dólares en inversiones y préstamos para financiar obras estratégicas alrededor del mundo.
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