El cardenal italiano Angelo Becciu, implicado en un caso de irregularidades financieras por el que fue condenado a prisión, anunció este martes su decisión de no participar en el próximo cónclave para la elección del nuevo papa. La medida, según explicó en un comunicado, busca preservar la unidad de la Iglesia y respetar la voluntad del papa Francisco.

La decisión de Becciu se conoce luego de que los cardenales celebraran una congregación general el pasado lunes, donde se definió que el cónclave iniciará el próximo 7 de mayo. En estas reuniones, la presencia de Becciu había generado controversia debido a su condición judicial y las restricciones previas impuestas por el pontífice.

Becciu afirma que acata voluntad del papa Francisco

“Por el bien de la Iglesia, a la que he servido y continuaré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del cónclave, he decidido obedecer, como siempre lo he hecho, a la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave a pesar de seguir convencido de mi inocencia”, expresó Becciu en una declaración enviada a los medios.

A pesar de esta decisión, el cardenal de 76 años continúa participando en las congregaciones generales, donde los cardenales preparan el cónclave, aunque el Vaticano lo cuenta oficialmente como no elector debido a la suspensión de sus derechos cardenalicios.

Restricciones impuestas por el papa y reacción de otros cardenales

Durante las reuniones previas, el secretario de Estado, Pietro Parolin, presentó dos documentos firmados por el papa Francisco que dejaban en claro que Becciu no debía participar en el cónclave. No obstante, algunos analistas advirtieron que solo una decisión explícita del pontífice podía anular legalmente su derecho a voto, lo que generó preocupación sobre la validez del proceso si Becciu participaba.

La exclusión del purpurado italiano generó tensiones entre los cardenales. El cardenal Fernando Filoni afirmó que el llamado “caso Becciu” estaba causando sufrimiento dentro del colegio cardenalicio, mientras que Giuseppe Versaldi, otro cardenal veterano, sostuvo que Becciu “es una persona estimable”, pero eso no exime su responsabilidad.

Escándalo financiero y condena judicial

Angelo Becciu es el primer cardenal en ser juzgado por un tribunal penal del Vaticano. En diciembre de 2023 fue condenado a cinco años y seis meses de prisión por su participación en una serie de operaciones financieras irregulares, y fue inhabilitado de manera perpetua para ejercer cargos públicos dentro de la Santa Sede. Actualmente se encuentra a la espera del resultado del recurso interpuesto contra la condena.

El caso que llevó a juicio al cardenal incluye la compra de un edificio en Sloane Avenue, en el exclusivo barrio londinense de Chelsea, con fondos provenientes del Vaticano. Además, la investigación reveló que Becciu habría desviado al menos 125.000 euros a una asociación vinculada a Cáritas de Ozieri, en Cerdeña, donde uno de sus hermanos ocupaba un cargo directivo.

En 2020, el papa Francisco le retiró los “derechos asociados al cardenalato”, pero sin suspender oficialmente su participación en la elección papal, lo que provocó ambigüedad en cuanto a sus prerrogativas eclesiásticas. Becciu había sostenido días antes en una entrevista con el diario Unione Sarda que “el papa reconoció mis prerrogativas cardenalicias como intactas ya que no hubo voluntad explícita de excluirme del cónclave”.

Participación en el cónclave de mayo

Según datos del Vaticano, 134 de los 252 cardenales activos tienen derecho a voto al ser menores de 80 años. La renuncia de Becciu a participar despeja uno de los principales puntos de controversia de cara al inicio del cónclave en la Capilla Sixtina.

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, había indicado que durante la congregación general del lunes no se había tomado “ninguna deliberación” sobre la situación del cardenal Becciu, dejando claro que la decisión dependía exclusivamente del purpurado.

Con esta renuncia voluntaria, se disipa el temor de que su participación pudiera generar dudas sobre la validez del proceso electoral en la elección del sucesor de Francisco.