La producción de amapola, base para la elaboración de heroína, se desplomó 94% en los últimos años en territorios dominados por el Cártel de Sinaloa. Así lo confirman cifras de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), publicadas en la Plataforma Nacional de Transparencia y recogidas por Milenio.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, las fuerzas armadas identificaban hasta 186 hectáreas de cultivo al mes. Bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, esa cifra descendió a 78 hectáreas mensuales. En contraste, en el primer semestre del actual gobierno de Claudia Sheinbaum, los reportes muestran apenas 11 hectáreas mensuales.

Del campo a los laboratorios clandestinos

La amapola, junto con la marihuana y la cocaína, sostuvo durante décadas las finanzas del cártel. Sin embargo, la transición hacia drogas sintéticas como metanfetamina y fentanilo ha transformado por completo la economía criminal. Estos estupefacientes ofrecen mayores ganancias, requieren menos espacio para su producción y reducen los riesgos de detección.

Javier Oliva Posada, especialista en seguridad, explica que el cambio responde a factores de mercado: “Ya no se consumen tanto las drogas derivadas de amapola; la preferencia es por metanfetaminas o fentanilo. Además, en Estados Unidos, 29 estados permiten marihuana terapéutica y 18 lúdica, lo que impacta la demanda”, señaló.

Guerra interna y presión internacional

El repliegue de la amapola ocurre en medio de la disputa entre las facciones de “Los Chapitos” y “La Mayiza”, responsables de bloqueos, secuestros y enfrentamientos en Sinaloa. Paralelamente, México y Estados Unidos mantienen operativo el Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza, que incluye un grupo binacional de investigación sobre el tráfico de precursores químicos para la elaboración de fentanilo.

En este contexto, el gobierno de Sinaloa reforzó su estructura de seguridad con mandos militares en cargos estratégicos: el secretario de Seguridad Pública estatal es un general en activo y el de Culiacán, un coronel. Además, en agosto la Sedena desplegó 1,500 elementos adicionales y 150 policías estatales serán capacitados como grupo élite por la Guardia Nacional.

El impacto en Estados Unidos

Aunque la superficie cultivada de amapola ha disminuido drásticamente, la amenaza del Cártel de Sinaloa persiste. La Administración para el Control de Drogas (DEA) advierte que esta organización sigue siendo responsable de la mayor parte del fentanilo y metanfetaminas que llegan a Estados Unidos.

En 2023, el 69% de las 107,440 muertes por sobredosis en ese país estuvieron relacionadas con fentanilo, lo que equivale a más de 200 fallecimientos diarios.

Los datos de la Sedena muestran cómo la ofensiva militar y los cambios en el mercado de drogas han reducido drásticamente la siembra de amapola. Sin embargo, lejos de significar un debilitamiento total del Cártel de Sinaloa, evidencian una mutación hacia la producción de drogas sintéticas, con efectos mucho más letales y de alcance global.