Las autoridades brasileñas suspendieron la construcción de la primera fábrica de vehículos eléctricos de BYD fuera de Asia tras rescatar a 163 trabajadores chinos que operaban en condiciones análogas a la esclavitud en Bahía.

El Ministerio Público del Trabajo (MPT) denunció que el Grupo Jinjiang, contratista de BYD, retenía el 60% de los salarios y los pasaportes de los trabajadores, quienes vivían en condiciones precarias con un baño para cada 31 personas y dormían sin colchones.

Las inspecciones, iniciadas en noviembre, revelaron condiciones degradantes tanto en alojamientos como en el sitio de construcción. Las autoridades ordenaron la rescisión de los contratos laborales y el traslado de los trabajadores, algunos de los cuales permanecen en sus alojamientos mientras otros fueron reubicados en hoteles.

La planta, que planeaba iniciar operaciones en marzo de 2025 en Camaçari, permanecerá embargada hasta que se regularicen las condiciones laborales ante los órganos de fiscalización correspondientes.

Con información de wradio y efe