El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció la aprobación para la construcción de un nuevo centro de detención temporal para inmigrantes, en una zona remota de los Everglades de Florida. El recinto, diseñado para albergar hasta 5.000 personas con antecedentes penales, fue apodado “Alligator Alcatraz” por el fiscal general de Florida, James Uthmeier, debido a su ubicación rodeada de caimanes.

La iniciativa, que busca ampliar la capacidad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), forma parte de una estrategia federal orientada a acelerar deportaciones masivas. A través de un comunicado en la red social X, el DHS indicó que trabaja en “formas rentables e innovadoras de cumplir con el mandato del pueblo estadounidense de realizar deportaciones masivas”, en colaboración con el estado de Florida.

Las obras comenzaron el lunes en un terreno de aproximadamente 78 kilómetros cuadrados, conocido como Miami-Dade/Collier Training Facility, que alberga un aeropuerto casi abandonado. El gobierno federal y estatal planean tener el centro operativo para la primera semana de julio.

Un centro sin muros, con caimanes

El diseño del centro incluye estructuras de carpas resistentes al clima extremo del verano en Florida. La ubicación remota, junto con la presencia de fauna salvaje como caimanes y pitones, sustituirá sistemas tradicionales de seguridad perimetral. “Si alguien escapa, no encontrará mucho más que caimanes y pitones. No hay adónde ir ni dónde esconderse”, afirmó Uthmeier.

La Guardia Nacional de Florida estará a cargo de la operación del centro, ubicado en propiedad del Condado de Miami-Dade. Según las autoridades, el sitio ofrece ventajas logísticas y económicas, al reducir la necesidad de construir muros o sistemas de vigilancia convencionales.

Costos e inquietudes locales

El proyecto tiene un costo operativo estimado de más de 450 millones de dólares anuales. Parte de este gasto podría ser reembolsado a través de fondos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), según información del New York Times. Estos fondos provienen de una reserva creada durante la administración anterior para financiar programas relacionados con migrantes en proceso judicial.

Sin embargo, la decisión ha generado preocupaciones a nivel local. La alcaldesa del Condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, envió una carta a la División de Manejo de Emergencias de Florida expresando su inquietud por la falta de tiempo para analizar el impacto del proyecto. “No ha habido tiempo suficiente para analizar adecuadamente estos asuntos”, indicó Levine Cava, confirmando que las obras comenzaron esta semana.

Aumento de detenciones migratorias

La construcción del centro se da en un contexto de aumento en la cifra de personas detenidas por las autoridades migratorias federales. Según datos publicados por The New York Times, el número de detenidos ha subido a aproximadamente 55.000 bajo la actual administración, frente a los 40.000 registrados al cierre del gobierno anterior. La administración federal ha solicitado al Congreso mayor presupuesto para incrementar la capacidad nacional de camas.

La portavoz del DHS, Tricia McLaughlin, señaló que el nuevo centro permitirá ampliar las instalaciones “en solo días”, gracias al trabajo conjunto con el estado de Florida. Por su parte, el fiscal Uthmeier reiteró su respaldo al gobierno federal, destacando en redes sociales: “Me enorgullece ayudar a apoyar al presidente Trump y a la secretaria Noem en su misión para solucionar de una vez por todas nuestro problema de inmigración ilegal”.

El centro de detención en los Everglades se perfila como uno de los proyectos migratorios más controvertidos de la actual administración, tanto por su ubicación como por las implicaciones logísticas, legales y humanitarias que plantea.