Cuatro ciudadanos colombianos se encuentran entre las 31 personas migrantes que fueron secuestradas la noche del pasado 30 de diciembre en el estado mexicano de Nuevo León, cuando viajaban en autobús con rumbo a la frontera con Estados Unidos.

No obstante, según declaraciones ofrecidas por el representante consular de Colombia en México, Andrés Hernández, la lista de conciudadanos desparecidos podrían ser más, pues que “hay una lista de 10 migrantes que aún no han sido identificados”.

De acuerdo con las primeras investigaciones de las autoridades mexicanas, el autobús en el que viajaban los 36 migrantes -de origen colombiano, venezolano y hondureño- fue interceptado por hombres fuertemente armados que se movilizaban en cinco camionetas.

En el caso de los migrantes colombianos, ha trascendido que todos serían miembros de una misma familia, entre ellos un menor de edad.

Los asaltantes obligaron a bajar por la fuerza a 31 de los pasajeros, dejando continuar al vehículo únicamente con los cinco migrantes de nacionalidad mexicana que se encontraban a bordo.

Las víctimas permanecen desaparecidas desde las 7:26 pm en una zona despoblada entre los municipios de Sabinas Hidalgo y China, ubicados al norte del estado.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, informó a través de Twitter que la embajada de Colombia en México trabaja junto con las autoridades locales para lograr el rescate de los cuatro connacionales.

Por su parte, el canciller mexicano Marcelo Ebrard condenó enérgicamente el plagio y aseguró que la Fiscalía General de la República apoyará las labores de búsqueda con la Guardia Nacional y fuerzas estatales y municipales.

El secuestro se produce en medio de un flujo migratorio récord en la región, que en 2022 registró el ingreso de más de 2,4 millones de personas por la frontera sur de Estados Unidos, un máximo histórico.

Solo en diciembre, las autoridades mexicanas rescataron a más de 300 inmigrantes centroamericanos y caribeños que eran transportados en condiciones infrahumanas en autobuses y tráileres.

La ruta del norte de México que pretendían seguir los 31 migrantes plagiados es conocida por el alto riesgo para los viajeros indocumentados, quienes constantemente son víctimas de extorsión, secuestro, accidentes y otros abusos.