El fiscal estadounidense Martin Estrada, quien supervisó la investigación sobre la muerte del actor Matthew Perry antes de dejar su cargo en enero, reveló que la exestrella de Friends recibió 27 inyecciones de ketamina en los tres últimos días de su vida.

La información fue dada a conocer en el documental Matthew Perry: A Hollywood Tragedy, recientemente estrenado en la plataforma Peacock. La producción explora los últimos meses de vida del actor, quien falleció el 28 de octubre de 2023 a los 54 años.

Desde la apertura del caso, cinco personas han sido acusadas en relación con la muerte de Perry. Entre los implicados se encuentran dos médicos, su asistente personal, un conocido y una presunta traficante de drogas identificada como “la reina de la ketamina”.

De acuerdo con las investigaciones, el asistente de Perry, Kenneth Iwamasa, y su conocido Erik Fleming, presuntamente colaboraron con los médicos Salvador Plasencia y Mark Chávez para obtener grandes cantidades de ketamina.

Por su parte, Jasveen Sangha, alias “la reina de la ketamina”, está acusada de haber suministrado al actor la droga que, según el informe forense, causó su muerte por “efectos agudos de la ketamina”.

Matthew Perry luchó durante varios años contra las adicciones y se encontraba en un tratamiento supervisado que incluía el uso de ketamina para tratar la ansiedad y la depresión. Sin embargo, según reveló Estrada, el actor habría recibido dósis adicionales fuera de su terapia prescrita.

El actor fue encontrado sin vida en el jacuzzi de su residencia en Los Ángeles. Su muerte conmocionó a la industria del entretenimiento y generó una ola de tributos por parte de colegas y seguidores.

Reconocido por su icónico papel como Chandler Bing en Friends, Perry dejó una huella imborrable en la televisión. Además de su trabajo actoral, dedicó gran parte de su vida a concientizar sobre la rehabilitación de adicciones, compartiendo su experiencia en su autobiografía Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing.

Mientras la investigación sigue en curso, el caso de Matthew Perry pone en el centro del debate el uso de ketamina en tratamientos médicos y el riesgo de su administración fuera de los controles establecidos.