En un clima de tensión y sin avances significativos, los gremios y centrales obreras continúan sin llegar a un consenso respecto al aumento del salario mínimo para el próximo año. A pesar de la urgencia del tiempo y la proximidad del plazo límite, las partes no logran cerrar las brechas en las negociaciones, manteniendo un ambiente distante que, según fuentes cercanas a la mesa, no augura resultados concretos a corto plazo.

En la más reciente reunión celebrada este viernes 22 de diciembre, con la mediación del Ministerio del Trabajo, se abordaron diversos temas relacionados con la defensa de los derechos de los empleados en el país. Sin embargo, no se ofrecieron declaraciones respecto al asunto crucial que requiere una respuesta inmediata: el aumento del salario mínimo.

La ministra Gloria Inés Ramírez destacó la disposición del gobierno para continuar con las negociaciones hasta el 30 de diciembre, fecha límite establecida por ley. Resaltó la importancia del reciente decreto emitido por el Ministerio de Hacienda, que ajusta la Unidad de Valor Básico basándose en la desindexación. Además, subrayó la protección del poder adquisitivo del salario y el esfuerzo por llegar a acuerdos sobre la productividad y su impacto en el cálculo del aumento.

En el transcurso de la jornada, los sindicatos expresaron su descontento y solicitaron a los empresarios una propuesta formal, que hasta el momento no ha sido presentada ni en las salvedades de esta semana ni en las conversaciones previas de las últimas semanas. Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, enfatizó la necesidad de conocer la posición empresarial para iniciar un diálogo significativo: “Necesitamos que nos presenten una posición y que digan cuánto creen que debe subir el salario”.

Desde el Gobierno Nacional, se advirtió que, aunque aún hay tiempo, no se puede pasar por alto la proximidad del plazo y se mencionó la posibilidad de decretar el aumento del salario mínimo si no se logra un acuerdo la próxima semana. La incertidumbre persiste en un escenario donde el tiempo juega un papel crucial y las posturas no muestran signos de acercamiento.