La reforma laboral, actualmente en trámite en el Senado de Colombia, sigue siendo objeto de debate y análisis por parte de diversos sectores. Mientras el Gobierno y los sindicatos defienden la iniciativa como un paso necesario para dignificar el trabajo de millones de colombianos, varios estudios recientes advierten sobre los posibles impactos económicos que podría acarrear su implementación.

El Centro de Estudios Económicos Anif y el grupo Dapper han emitido informes que califican el proyecto como “desconectado de la realidad económica del país”. Según estos análisis, la reforma podría incrementar significativamente los costos operativos para las empresas, afectando sectores como el comercio, la industria y el alojamiento, que ya enfrentan desafíos económicos.

Entre las preocupaciones señaladas, los estudios destacan un aumento promedio del 11,48% en los costos de indemnización y un incremento del 83,5% en los contratos de aprendizaje. Además, se proyecta un aumento en el número de empleados que deberían pasar a contratos indefinidos, lo que implicaría mayores gastos en personal para las empresas.

Impacto en sectores clave

El informe de Dapper, titulado “¿Cuál sector es el más afectado?: Análisis sectorial de costos de la reforma laboral”, detalla cómo la propuesta impactaría de manera desproporcionada a sectores dependientes de contratos a término fijo, jornadas dominicales y con altas tasas de rotación de personal. Esto incluye el comercio, los servicios de alojamiento y la industria, que podrían enfrentar mayores dificultades para adaptarse a las nuevas condiciones laborales.

José Linares, cofundador de Dapper, señaló que uno de los aspectos más críticos de la reforma es el aumento en los recargos por trabajo dominical, que pasarían del 75% al 100%. Este cambio representaría un incremento del 25,17% en el costo de los domingos trabajados, afectando a más de 438.000 trabajadores formales.

Críticas a la falta de enfoque estructural

Por su parte, Anif subraya que la reforma no aborda los problemas estructurales del mercado laboral colombiano, como una tasa de desempleo promedio del 11% entre 2010 y 2023 y una informalidad laboral que afecta al 56% de los trabajadores. Según este análisis, las mujeres y los jóvenes serían los más afectados por la falta de empleo formal, una brecha que se ha mantenido e incluso agravado en los últimos años.

“Entre 2010 y 2023, la brecha de género en el desempleo fue en promedio de 3,6 puntos porcentuales, pero en 2024 ha aumentado a 4,6 puntos”, señala el informe de Anif, destacando que la tasa de desempleo de las mujeres se mantiene significativamente más alta que la de los hombres.

Otro aspecto destacado es la introducción del “contrato agropecuario”, diseñado para formalizar el trabajo en el sector agrícola, históricamente marcado por la informalidad. Según Dapper, aunque esta medida podría beneficiar a siete de cada diez trabajadores agrícolas, su implementación presenta desafíos, ya que el 35% de los trabajadores reporta tener más de un empleador, complicando la asignación de responsabilidades entre empleador y empleado.

Por ahora, la reforma laboral enfrenta una etapa crucial en el Senado, donde se definirá su destino en los próximos meses. El antecedente del hundimiento de una versión previa del proyecto, sumado a las tensas relaciones entre el Legislativo y el Ejecutivo, plantea interrogantes sobre su aprobación.

Mientras tanto, tanto gremios empresariales como centros de estudio continúan advirtiendo sobre las posibles consecuencias económicas y sociales de la reforma. Los analistas coinciden en que, aunque el proyecto busca mejorar las condiciones laborales de los trabajadores formales, su diseño actual podría desincentivar la formalización del empleo y agravar los problemas estructurales del mercado laboral.

La expectativa gira en torno a los ajustes que podrían realizarse durante el debate legislativo, con miras a equilibrar los beneficios para los trabajadores y la sostenibilidad económica para las empresas.