La reforma laboral impulsada por el Gobierno Nacional ha sido uno de los temas más destacados en la agenda legislativa del segundo semestre de 2024. Este proyecto, que busca modificar aspectos clave de la legislación laboral en Colombia, se prepara para su segundo debate en la plenaria de la Cámara de Representantes, en lo que sería un paso crucial de los cuatro necesarios en el Congreso para convertirse en ley.

Durante el primer debate en el Congreso, se aprobaron 81 artículos del proyecto, mientras que 23 fueron eliminados. De los aprobados, el 29.5% se mantuvieron sin modificaciones, y el 38.1% fueron ajustados respecto al texto original presentado por el Gobierno. Entre los temas que quedaron fuera del articulado se destacan aspectos colectivos relacionados con el derecho de huelga en servicios públicos esenciales, la declaratoria de ilegalidad de las huelgas y la unidad de negociación. Además, se excluyeron propuestas para limitar el uso de contratos de prestación de servicios con personas naturales y el incremento en la cuota de aprendices.

Si la reforma laboral es aprobada en su forma actual, introducirá cambios significativos en la normativa vigente. Uno de los aspectos más relevantes es la modificación del contrato a término fijo. Según el proyecto, este tipo de contrato podría celebrarse por un máximo de cuatro años, y si se extiende más allá de ese plazo, se convertirá automáticamente en un contrato a término indefinido. Este cambio eliminaría la prórroga indefinida que actualmente se permite en los contratos a término fijo.

Otro cambio notable es el aumento en las indemnizaciones por despido sin justa causa, lo cual podría tener un impacto considerable en las empresas. Asimismo, se propone un incremento en los recargos por trabajo en domingos y días festivos, lo que busca mejorar las condiciones laborales para los trabajadores que laboran en estas jornadas.

La reforma también plantea cambios en la jornada laboral nocturna. Si se aprueba, la jornada nocturna comenzará a partir de las 7:00 p.m., en lugar de las 9:00 p.m. como se establece actualmente. Esto obligaría a las empresas a pagar recargos adicionales a los trabajadores que extiendan su jornada más allá de esta hora, lo que podría afectar los costos operativos de las empresas.

En cuanto a la contratación de aprendices, la reforma estipula que esta debe realizarse mediante contratos laborales a término fijo. Además, los contratistas deberán contar con su propia organización empresarial especializada en el servicio o producto contratado, lo que podría fomentar una mayor formalización en el mercado laboral.

A pesar de los avances y ajustes propuestos, la reforma laboral ha sido objeto de críticas. Uno de los principales señalamientos es el riesgo de un aumento en la informalidad laboral, que podría incrementarse entre 7 y 12 puntos porcentuales, afectando principalmente a trabajadores con educación secundaria completa. Este posible efecto adverso ha generado preocupación entre los sectores económicos y políticos que temen que la reforma pueda desincentivar la formalización del empleo.

El retorno de la discusión de la reforma laboral en septiembre será clave para determinar su futuro. Con las críticas y ajustes en la mesa, el Congreso deberá debatir y evaluar las implicaciones de estos cambios tanto para los trabajadores como para las empresas. De ser aprobada, la reforma representará un cambio significativo en la legislación laboral colombiana, con el potencial de impactar de manera profunda las dinámicas del empleo y la economía del país.