Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar y actual gestor de paz, manifestó su apoyo a la iniciativa del presidente Gustavo Petro para transformar el modelo de tratamiento de los cultivos de coca en Colombia, señalando el fracaso de las políticas punitivas implementadas durante décadas en el país.

Mancuso destacó que las estrategias de erradicación han resultado contraproducentes: “Se han destruido más de dos millones de hectáreas de cultivos en los últimos años sin resultados significativos”. El gestor de paz señaló que, paradójicamente, tras la implementación del Plan Colombia, los cultivos ilícitos aumentaron en lugar de disminuir.

La propuesta presidencial contempla la compra directa de hoja de coca a los campesinos para desarrollar una industria público-privada que transforme este producto en bienes legales. Mancuso respaldó esta iniciativa citando ejemplos regionales: “Hay empresas estatales en Bolivia y Perú que hace años venden la hoja de coca y sus derivados”, mencionando la existencia de mercados internacionales legítimos en las industrias alimenticia, de bebidas y farmacéutica.

El exjefe paramilitar enfatizó la necesidad de proteger a las comunidades campesinas durante esta transición: “Se deben dar las herramientas para que el campesinado pueda pasarse de un cultivo ilegal a uno legal sin perderlo todo”. Según su análisis, la guerra contra la cocaína ha profundizado la pobreza en las zonas rurales del país.

La iniciativa gubernamental busca establecer relaciones comerciales con países como Estados Unidos y China como potenciales compradores de productos derivados de la coca procesados legalmente, marcando un giro significativo en la política antidroga colombiana. Este nuevo enfoque pretende no solo reducir la violencia asociada al narcotráfico, sino también mejorar las condiciones económicas de las comunidades agricultoras afectadas por el conflicto.