En medio de la agitación generada por la deuda estatal y el debate presupuestario, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado al Gobierno nacional a realizar recortes en los gastos de este año y redirigirlos hacia el sector de la infraestructura. Estas recomendaciones se producen en un contexto marcado por la incertidumbre sobre el pago de unos 13 billones de pesos a los constructores de proyectos viales, aeropuertos y otras obras civiles.

La principal preocupación del FMI radica en la inclusión en el presupuesto de 15 billones de pesos provenientes de pleitos judiciales de la Dian, una fuente de ingresos cuya materialización aún está en duda. La jefa de misión del FMI, Ceyda Oner, ha expresado su inquietud ante esta situación, señalando que la incertidumbre sobre estos ingresos podría representar un riesgo potencial para la ejecución completa del gasto público.

Según Oner, Colombia debería mantener un margen de maniobra para reorientar el gasto hacia sectores que impulsen el crecimiento económico. Asimismo, reducir el gasto podría contribuir a la disminución de los costos de financiación y a una más rápida reducción de las tasas de interés.

El FMI también resalta la importancia de reorientar el gasto hacia la inversión, especialmente en proyectos de infraestructura y relacionados con el clima, para respaldar la transición energética y mejorar el potencial de crecimiento del país. Sin embargo, la inversión en Colombia ha disminuido en los últimos años, lo que ha afectado su potencial de crecimiento proyectado para 2024, ahora estimado en un 1.3% en lugar del 2%.

Aunque la misión del FMI no se pronunció específicamente sobre el debate en torno al pago de los 13 billones en infraestructura, expresó confianza en que el país cumplirá con sus deudas a tiempo. No obstante, destacó la importancia de mantener la transparencia en el presupuesto para preservar la confianza del público y de los mercados.