Expertos advierten sobre riesgos económicos del “frenazo” en el presupuesto para 2025

Por: Elizabeth Montoya

11 septiembre, 2024

El dinero proveniente de las reformas se ha ido en el costo del subsidio a los combustibles Foto: valoraanalitik

El Gobierno de Gustavo Petro enfrentó un revés significativo este 11 de septiembre cuando las Comisiones Económicas del Congreso rechazaron su propuesta de Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2025, fijado en 523 billones de pesos. Esta decisión, calificada  por el gobierno Petro como “inédita”, ha generado un debate intenso sobre el futuro económico de Colombia y las implicaciones para los ciudadanos.

El rechazo legislativo obliga al Ejecutivo a reajustar su propuesta antes del 15 de septiembre, lo que ha desencadenado una serie de reacciones entre expertos y políticos. Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, calificó la discusión como “bizantina”, argumentando que independientemente del monto aprobado, los gastos deberán ajustarse a los ingresos reales del país.

Por su parte, José Manuel Restrepo, también exministro de Hacienda, respaldó la decisión del Congreso, señalando que aprobar un presupuesto desfinanciado podría tener consecuencias negativas para la economía. Sugirió que un monto inferior a 511 billones de pesos eliminaría la necesidad de una nueva ley de financiamiento, lo que podría ser beneficioso para la reactivación económica.

El senador Miguel Uribe Turbay celebró la decisión, considerándola una victoria para el bolsillo de los colombianos. Instó al gobierno a recortar gastos innecesarios y combatir la corrupción en lugar de buscar nuevos ingresos a través de reformas tributarias.

Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), advirtió sobre los riesgos de aprobar un presupuesto tan elevado en el contexto económico actual. Señaló que con un crecimiento del 0.7% en 2023 y perspectivas poco alentadoras para 2024, aumentar el gasto público podría acercar al país a una recesión y al incremento del desempleo.

Esta situación plantea un dilema crucial para Colombia: por un lado, la necesidad del gobierno de aumentar el gasto público para cumplir sus promesas y programas; por otro, la preocupación por la estabilidad económica y fiscal del país. El desafío ahora radica en encontrar un equilibrio que permita el desarrollo sin comprometer la salud financiera de la nación.