Con la llegada de noviembre, en Colombia se inicia la tradicional discusión sobre el salario mínimo entre el Gobierno Nacional, representantes empresariales y las centrales obreras. Este año, el debate adquiere una relevancia particular, ya que la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, destacó que el objetivo principal es “proteger” la capacidad adquisitiva de los trabajadores en un contexto de alta inflación y cambios en el mercado laboral.

Si bien aún no existen propuestas concretas sobre el porcentaje de aumento, algunos sectores ya han comenzado a manifestarse. Desde Acopi, gremio que representa a las pequeñas y medianas empresas, se indicó que el incremento no debería superar el 5%, cifra que estiman será el cierre de la inflación anual en 2024. Sin embargo, la ministra Ramírez busca que la discusión del salario mínimo contemple la situación económica de los trabajadores y se garantice un aumento que preserve su poder adquisitivo.

La negociación del salario mínimo en Colombia considera diversos factores, entre los que se encuentran la inflación y la productividad del país, además de aspectos relacionados con la composición y el nivel de ingresos de la población laboral. El Ministerio de Trabajo, basándose en datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), reportó que, entre enero y agosto de 2024, en promedio, el país contó con 22,8 millones de personas empleadas formalmente. De este grupo, aproximadamente 10 millones ganan menos de un salario mínimo y 3,3 millones perciben justo un salario mínimo.

Juliana Morad, directora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, subraya que casi el 40% de los trabajadores colombianos no se verá beneficiado con un aumento del salario mínimo debido a que sus ingresos son superiores a esta base. Según Morad, “los ingresos de los trabajadores se han concentrado principalmente en el salario mínimo en los últimos 10 años”, y destaca la necesidad de examinar cómo este mercado laboral se ha transformado en la última década, especialmente entre quienes devengan entre dos y tres salarios mínimos.

¿Qué implica el aumento del salario mínimo?

El salario mínimo en Colombia tiene un impacto significativo en diversos sectores, ya que funciona como una medida referencial para el cálculo de tarifas, multas y otros costos de servicios. Al incrementarse el salario mínimo, suben también los valores de copagos en el sistema de salud, los pasajes de transporte público, algunas multas de tránsito y ciertos servicios particulares.

En 2022, el Gobierno identificó que alrededor de 204 productos y servicios estaban vinculados al salario mínimo, los cuales representaban un 6,14% de la inflación. Con el fin de reducir el impacto de estas alzas, en 2023 y 2024, el Ministerio de Hacienda emitió nuevos decretos para desindexar varios de estos elementos del salario mínimo. Para lograrlo, se introdujo la Unidad de Valor Básico (UVB) dentro del Plan Nacional de Desarrollo, anclando más de 100 productos y servicios a esta nueva unidad de medida en lugar del salario mínimo. Hasta ahora, el Gobierno no ha anunciado cambios en el listado para 2024.

La postura del sector empresarial en esta discusión ha mostrado algunas reservas. Los empresarios, especialmente los de pequeñas y medianas empresas, expresan inquietud ante un incremento significativo, alegando que factores como las reformas laborales recientes han generado tensiones. No obstante, desde el Ministerio de Trabajo se enfatizó que el alza en el salario mínimo no tendría un efecto negativo sobre el empleo formal en el país, buscando un equilibrio entre el beneficio a los trabajadores y la viabilidad para las empresas.