Un reciente estudio elaborado por We Are Social reveló las enormes diferencias en el costo del acceso a internet a nivel mundial, donde el precio por megabit por segundo (Mbps) varía de manera extrema entre diferentes países, reflejando desigualdades en infraestructura, competencia y regulaciones del sector.

Emiratos Árabes Unidos encabeza la lista

Emiratos Árabes Unidos ocupa el primer lugar como el país con el internet más costoso del mundo, con un precio de 4,31 dólares por Mbps. Esta cifra contrasta significativamente con el segundo lugar, Ghana, que registra un costo de 2,58 dólares por Mbps, marcando una diferencia considerable entre ambos territorios.

El tercer puesto lo ocupa Suiza, con un precio de 2,07 dólares por Mbps, completando así el podio de las naciones donde conectarse a internet representa un mayor desembolso económico para los usuarios.

El listado continúa con dos naciones africanas: Kenia en cuarto lugar con 1,54 dólares por Mbps, y Marruecos en quinta posición con 1,16 dólares. Australia aparece en sexto lugar con un costo promedio de 1,05 dólares por Mbps, seguida muy de cerca por Alemania en séptimo lugar con 1,04 dólares.

Los últimos tres puestos del top 10 corresponden a Nigeria con 0,72 dólares, Canadá con 0,66 dólares y Pakistán con 0,53 dólares por Mbps.

La región latinoamericana muestra costos significativamente más bajos en comparación con los líderes del ranking. México es el primer país de la región en aparecer, ubicándose en el puesto 21 global con un precio de 0,26 dólares por Mbps.

Perú se sitúa en el puesto 34 con un costo de 0,12 dólares por Mbps, mientras que Brasil ocupa la posición 42 con 0,06 dólares. En los puestos más favorables del ranking aparecen Chile en el lugar 49, Colombia en el 50 y Argentina en el 51, los tres con un precio de 0,03 dólares por Mbps.

Factores que explican las diferencias

Según el análisis, las variaciones en los precios no responden únicamente a márgenes de ganancia de los proveedores. Las causas se relacionan con múltiples factores estructurales y económicos que impactan directamente en las tarifas finales.

Entre los principales elementos que influyen en el costo del internet se encuentran la escasa competencia entre operadores en algunos mercados, lo que limita la presión para reducir precios. También incide la infraestructura costosa de desplegar, especialmente en territorios extensos o con geografías complejas.

Las regulaciones gubernamentales juegan un papel fundamental, ya que no siempre favorecen la reducción de tarifas para los consumidores. Adicionalmente, en algunos casos existe dependencia de importación de ancho de banda, lo que incrementa los costos operativos que finalmente se trasladan a los usuarios.

El estudio refleja cómo el acceso a internet se ha convertido en una necesidad casi tan esencial como servicios básicos tradicionales, lo que hace más relevante el análisis de su costo y accesibilidad en diferentes regiones del mundo.

Las disparidades identificadas plantean desafíos importantes en términos de equidad digital y acceso a oportunidades económicas, educativas y sociales que dependen cada vez más de la conectividad a internet.

 

 

Con información de la república