El ‘Black Friday’, hoy una de las jornadas comerciales más influyentes del mundo, nació lejos del marketing digital y de los gigantes del comercio electrónico. Su origen se remonta a la Filadelfia de los años sesenta, cuando la policía local comenzó a llamar “viernes negro” al caos vehicular y de multitudes que se desataba tras el Día de Acción de Gracias, cuando miles de personas salían a adelantar sus compras navideñas. Lo que era un problema operativo terminó convirtiéndose, con el tiempo, en una de las fechas más rentables para el retail.

El comercio estadounidense resignificó el concepto. La palabra “black”, que inicialmente describía el desorden urbano, pasó a asociarse con la contabilidad: cuando un negocio “pasa del rojo al negro”, entra en números positivos. Esta reinterpretación transformó la fecha en una oportunidad para impulsar las utilidades, y los comercios la adoptaron como un motor estratégico para cerrar el año.

Durante los años setenta, ochenta y noventa, centros comerciales y grandes superficies como Walmart consolidaron la jornada, apoyados en tácticas de alto impacto como los ‘doorbusters’, ofertas diseñadas como imanes irresistibles, y en aperturas nocturnas que dieron origen a nuevos rituales de consumo: filas desde la madrugada, campamentos improvisados y una atmósfera festiva dentro de los establecimientos.

Con la llegada de Amazon y el auge del comercio digital, el Black Friday dejó de ser un evento aislado para convertirse en un engranaje dentro de una estrategia omnicanal. Las ventas se expandieron a internet, la competencia se intensificó y la semana previa se transformó en un escenario clave para atraer consumidores con descuentos escalonados.

Esta evolución dio paso a su internacionalización y a la creación de fechas complementarias. El ‘Cyber Monday’, impulsado por universidades y organizaciones digitales, aprovechó la conectividad estable en oficinas y campus para incentivar las compras en línea tras el fin de semana festivo. En paralelo, surgió el concepto de ‘Black November’, un mes entero de promociones que permitió gestionar mejor inventarios, reducir aglomeraciones y aumentar la participación del consumidor.

De acuerdo con Mall & Retail, firma especializada en centros comerciales y estudios de mercado, el Black Friday dejó de ser solo una jornada comercial para convertirse en un fenómeno sociológico capaz de influir en comportamientos y expectativas colectivas. Su lenguaje promocional —términos como *flash sale*, *early deal* o *bundle*— se globalizó, estableciendo códigos comunes en el comercio mundial.

Colombia frente al Black Friday 2025

En Colombia, donde el Black Friday de 2025 se celebrará el 28 de noviembre, la fecha se ha consolidado como una herramienta clave para dinamizar el consumo, anticipar compras navideñas y fortalecer el comercio electrónico.

Retailers como Éxito, Falabella y Lenovo preparan amplias campañas promocionales en tecnología, electrodomésticos, turismo, moda y bienestar. Gran parte de las ofertas se extenderán hasta el Cyber Monday, buscando captar a distintos segmentos del mercado, desde compradores oportunistas hasta consumidores que planifican sus gastos con semanas de anticipación.

Frente a las ofertas irresistibles que se ven en esta temporada, es importante tener precaución y evitar estafas. Aquí algunos consejos básicos para comprar sin riesgo:

• Compra solo en sitios web oficiales y verifica que la dirección comience con “https://”.
• Evita enlaces de correos o mensajes sospechosos: podrían ser intentos de phishing.
• Compara precios antes del Black Friday para reconocer verdaderos descuentos.
• No compartas tus datos personales ni claves bancarias por redes sociales o WhatsApp.
• Activa alertas de tu banco si cuentas con ellas, para monitorear tus compras en tiempo real y revisar que no tengas ninguna compra extraña.
• Desconfía de las ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad.

*Con información de agencias