En una escalada imparable, el bitcóin ha logrado un nuevo hito al cerrar la jornada del lunes con un valor de 68.000 dólares, quedando a tan solo un paso de superar su máximo histórico de 69.000 dólares registrado en noviembre de 2021. Este avance consolida la tendencia alcista que ha caracterizado al bitcóin a lo largo del último año, acumulando ya un impresionante aumento del 53%.

Uno de los principales impulsores de este reciente ascenso ha sido la demanda creciente de fondos cotizados en bolsa estadounidense que invierten en bitcóin. La autoridad bursátil les otorgó la aprobación el 11 de enero, y desde entonces, la criptomoneda no ha dejado de ganar terreno. La compra masiva de bitcoines por parte de estos fondos se interpreta en el mercado como un respaldo y una señal de legitimidad, generando confianza entre los inversores particulares y estimulando la demanda de la moneda digital.

Además, el repunte experimentado por las criptomonedas en las últimas semanas se atribuye a la creciente aversión al riesgo de los inversores, quienes anticipan una posible relajación de la política monetaria por parte de la Reserva Federal. Esta percepción de mayor riesgo en otros activos conlleva a un flujo de inversión hacia el bitcóin como refugio financiero.

La flexibilización de la política monetaria es vista como un factor positivo para el bitcóin, ya que, históricamente, activos de mayor riesgo, como las criptomonedas, han ganado atractivo cuando los tipos de interés son altos. Este fenómeno ha llevado también a un incremento en la valorización de las monedas meme, tokens de pequeña capitalización.

A pesar de estos éxitos, los expertos advierten sobre la volatilidad inherente al bitcóin. Tras alcanzar su pico de 69.000 dólares en 2021, la criptomoneda experimentó una pérdida significativa, reduciendo su valor en más del 70% un año después. A medida que el bitcóin se acerca nuevamente a su récord histórico, los inversores se mantienen cautelosos ante la posibilidad de movimientos bruscos en su cotización.