Recientemente, un repudiable incidente ha sacudido las redes sociales, involucrando al futbolista del Arsenal, Declan Rice, y a su esposa, Lauren Fryer. El acoso gordofóbico hacia Fryer por parte de seguidores en línea ha generado indignación y reflexión sobre la toxicidad presente en algunos sectores de la comunidad futbolística.

Lauren Fryer se convirtió en blanco de una serie de ataques en redes sociales, centrados en comentarios despectivos sobre su peso. Los mensajes ofensivos dirigidos hacia ella llevaron a Rice a tomar una posición pública en defensa de su esposa. Ante la avalancha de críticas, Fryer optó por eliminar las fotos de su cuenta de Instagram, en un intento por protegerse del acoso virtual.

Los comentarios gordofóbicos hacia Fryer, haciendo referencia a que Declan tenía “los estándares muy bajos” y que “podía hacerlo mejor” en vez de haber “escogido estar con una infamia de mujer como esta”, inundaron las redes sociales, dejando en evidencia una realidad lamentable en la que las mujeres, incluso las asociadas a figuras públicas, son objeto de ataques basados en su apariencia física.

La respuesta de Rice fue contundente y emotiva: “Mi mujer es el amor de mi vida y no existe nadie mejor para mí”. Su declaración no solo sirvió como muestra de apoyo hacia su esposa, sino también como un llamado a detener el acoso y la gordofobia en todas sus formas.

Su respuesta contundente desencadenó toda una serie de comentarios de apoyo a Fryer en las redes sociales, entre ellos la periodista Rebekah Vardy, esposa del futbolista del Leicester City Jamie Vardy, quien señaló “Es realmente repugnante a lo que han llegado a someter a Lauren Fryer. Desafortunadamente, hoy en día es muy fácil para los perfiles falsos esconderse tras un teclado”.

Así mismo, la influencer Liberty Poole aprovechó la oportunidad para enfatizar sobre la presión estética que enfrentan las mujeres en las redes sociales y la necesidad de cambiar los estándares de belleza irracionales impuestos por la sociedad: “Los estándares de belleza hoy en día no son realistas y todo el mundo se ha vuelto loco por culpa de las redes sociales… Seguiré hablando de este tema hasta que me muera. Es hora de cambiar, esto no puede continuar”, aseveró.