Lo que empezó como una noche histórica para el Cúcuta Deportivo terminó en un episodio de tensión y violencia. Durante la celebración del ascenso del equipo a la primera división del fútbol colombiano, el presidente y máximo accionista del club, José Augusto Cadena, fue perseguido y agredido por un grupo de aficionados en el estadio General Santander.

La euforia por el retorno del equipo ‘motilón’ a la A llevó a cientos de hinchas a invadir el terreno de juego. Sin embargo, lejos de sumarse al festejo, Cadena tuvo que abandonar el campo a toda velocidad para evitar ser alcanzado por seguidores que lo insultaban y pretendían agredirlo físicamente. Las imágenes del directivo huyendo se viralizaron rápidamente en redes sociales y se convirtieron en el momento más polémico de la jornada.

Un rechazo que no desaparece

La reacción de la hinchada no fue producto del impulso del momento. El rechazo hacia Cadena tiene raíces profundas y está ligado a la crisis institucional que vivió el club en los últimos años. En 2020, el Cúcuta Deportivo atravesó una grave situación financiera, caracterizada por millonarias deudas, retrasos salariales y conflictos administrativos que afectaron a jugadores, empleados y proveedores.

La crisis derivó en una decisión sin precedentes: el Ministerio del Deporte retiró el reconocimiento deportivo al equipo, y posteriormente la Dimayor desafectó al club del torneo profesional, lo que implicó su desaparición del fútbol colombiano. El hecho no solo golpeó la estabilidad de la institución, sino que dejó una herida abierta entre los hinchas, que responsabilizan a Cadena de la debacle deportiva y económica.

Aunque el Cúcuta logró reorganizarse y completar el camino hacia el ascenso, el resentimiento hacia el presidente persiste. Para buena parte de la afición, Cadena simboliza uno de los periodos más oscuros en la historia del club, razón por la cual su presencia en actos públicos genera molestia, incluso en medio de un logro que los seguidores esperaban desde hacía años.

Una celebración con sabor a conflicto

El regreso del Cúcuta a la primera división, en lugar de cerrar las heridas del pasado, evidenció la fractura entre la dirigencia y la hinchada. La persecución contra Cadena deja claro que la crisis institucional no se ha superado en los corazones de los aficionados, quienes exigen cambios estructurales y una gestión transparente para garantizar un futuro estable.