Trece dientes fósiles revelan coexistencia de Australopithecus y Homo hace 2,8 millones de años

Por: Maria Jose Salcedo

15 agosto, 2025

Los restos encontrados en Etiopía serían de un tipo desconocido de Australopithecus. Foto: Murat Gök/Anadolu Agency/IMAGO

Un estudio publicado el miércoles 13 de agosto en la revista Nature documenta el descubrimiento de trece dientes fósiles que confirman la coexistencia de dos linajes de homínidos primitivos en la región de Afar, Etiopía, hace entre 2,6 y 2,8 millones de años.

Los fósiles fueron encontrados en el sitio arqueológico de Ledi-Geraru, ubicado en la misma región donde en 1974 se descubrieron los restos de Lucy, el famoso ejemplar de Australopithecus afarensis que vivió hace entre 3,5 y 3,2 millones de años.

El Proyecto de Investigación Ledi-Geraru, liderado por la Universidad de Arizona desde 2002, ya había proporcionado hallazgos significativos, incluyendo las herramientas de piedra olduvayenses más antiguas del mundo (2,6 millones de años) y la mandíbula de Homo más antigua conocida (2,8 millones de años).

Los dientes fósiles pertenecen a una especie de Australopithecus previamente desconocida, distinta tanto de A. afarensis como de A. garhi. Esta nueva especie, que aún no ha recibido denominación oficial, indica una mayor diversidad en el registro fósil de homínidos primitivos.

La morfología dental sugiere características únicas que amplían el conocimiento sobre la variedad de especies que habitaron la región durante este período crucial de la evolución humana.

Brian Villmoare, investigador de la Universidad de Nevada, señala que los fósiles de Homo hallados en sedimentos de la misma antigüedad “confirman la antigüedad de nuestro linaje”, reforzando la evidencia sobre los orígenes tempranos del género humano.

Kaye Reed, especialista de la Universidad Estatal de Arizona, explica que estos hallazgos desafían la percepción lineal de la evolución humana: “La imagen que muchos tenemos en nuestra mente de un simio, pasando por un neandertal, hasta llegar al ser humano moderno, no es correcta: la evolución no funciona así”.

Reed enfatiza que la presencia simultánea de dos especies de homínidos demuestra la naturaleza compleja del proceso evolutivo: “Aquí tenemos dos especies de homínidos que están juntas. Y la evolución humana no es lineal, es un árbol frondoso, hay formas de vida que se extinguen”.

Esta coexistencia temporal proporciona evidencia adicional de que la evolución humana siguió múltiples ramas, con diversas especies desarrollándose en paralelo antes de que algunas se extinguieran.

El equipo de investigación estudia el contexto ambiental de estos homínidos primitivos. El actual paisaje árido de Ledi-Geraru contrasta significativamente con el ecosistema de hace millones de años, cuando ríos y lagos poco profundos sustentaban abundante vegetación.

Los investigadores analizan el esmalte dental para determinar la dieta de estas especies y comprender sus interacciones ecológicas. Este enfoque multidisciplinario permite reconstruir cómo vivían y se adaptaban estos ancestros humanos a su entorno.

Dentro de las características morfológicas identificadas, los dientes muestran adaptaciones específicas que sugieren estrategias alimentarias particulares, contribuyendo al entendimiento de la diversificación evolutiva durante este período crítico.

Reed subraya la importancia de continuar formando nuevas generaciones de paleontólogos y explorar yacimientos adicionales en la región. “Encontrar más fósiles nos ayudará a contar la historia de lo que les ocurrió a nuestros antepasados hace mucho tiempo. Como somos los supervivientes, sabemos lo que nos ocurrió a nosotros”, concluye la investigadora.

 

 

Con información de dw