La situación de orden público en Cali se deterioró de manera significativa en la madrugada de este martes, tras dos explosiones registradas en el suroriente de la ciudad, en hechos que las autoridades vinculan con el paro armado de 72 horas ordenado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Los atentados ocurrieron en una zona densamente poblada y generaron alarma entre los habitantes, además de activar un amplio despliegue de seguridad.

De acuerdo con información preliminar, el primer estallido se presentó hacia las 3:30 de la mañana en inmediaciones del coliseo María Isabel Urrutia, en el barrio Mariano Ramos, específicamente en la carrera 50 con Autopista Simón Bolívar. Según las primeras versiones, un artefacto explosivo fue detonado justo cuando una patrulla de la Policía Metropolitana transitaba por el sector, dejando inicialmente a dos uniformados gravemente heridos.

Los policías fueron trasladados de urgencia a un centro asistencial del sur de la capital del Valle del Cauca, donde murieron producto de la gravedad de las heridas.

Minutos después, se reportó una segunda explosión en el mismo corredor vial, esta vez en cercanías al sitio de transferencia de escombros conocido como la escombrera, también ubicado sobre la carrera 50 con Simón Bolívar. Ante la posibilidad de nuevos ataques, la zona fue acordonada y se ordenó la suspensión total de la movilidad en varios tramos estratégicos del suroriente caleño.

Al lugar llegaron unidades del grupo antiexplosivos de la Policía Metropolitana, que adelantan labores de inspección, verificación y barrido para descartar la presencia de más artefactos. De manera paralela, las autoridades activaron un plan candado con apoyo del Ejército, con el objetivo de ubicar a los responsables de los atentados y evitar nuevas acciones violentas.

Los hechos se enmarcan en el paro armado de tres días anunciado por la dirección nacional del ELN, una medida que, según el Ministerio de Defensa, ya ha dejado más de 50 acciones violentas e intimidatorias en diferentes regiones del país. Entre estas se cuentan bloqueos de vías, instalación de explosivos, amenazas a la población civil y ataques directos contra la Fuerza Pública.

Cali se suma así a la lista de ciudades impactadas por la ofensiva del grupo armado ilegal, que ha concentrado parte de su accionar en zonas urbanas y corredores estratégicos. Las autoridades locales reforzaron la presencia policial y militar en puntos críticos, mientras se evalúan nuevas medidas para garantizar la seguridad de la población.