El primer día del paro armado de 72 horas decretado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) dejó un impacto desigual en el territorio nacional, pero concentró sus mayores afectaciones en tres departamentos: Cauca, Norte de Santander y Antioquia. En estas regiones se registraron bloqueos viales, presencia de artefactos explosivos, ataques armados y restricciones a la movilidad que alteraron la vida cotidiana de miles de personas.

En el Cauca, el paro armado se sintió desde las primeras horas de la mañana con al menos cinco acciones atribuidas al ELN. El hecho más relevante ocurrió en la vía Panamericana, uno de los corredores más estratégicos del suroccidente del país, donde fue hallado un cilindro con emblemas guerrilleros en el sector de Mondomo, entre Popayán y Cali. La situación obligó al cierre temporal de la carretera mientras unidades del Ejército y la Policía realizaban una destrucción controlada del artefacto.

Además, se reportó la instalación de banderas, grafitis y mensajes alusivos al ELN en municipios como Cajibío, Piendamó, Patía, Caldono y Santander de Quilichao. Aunque algunos tramos fueron habilitados tras operativos de seguridad, las autoridades mantuvieron vigilancia reforzada ante el riesgo de nuevos incidentes. El Cauca volvió a quedar, una vez más, como uno de los principales escenarios de presión armada y control territorial por parte del grupo insurgente.

El Norte de Santander fue otro de los departamentos más afectados y donde se presentó el hecho más grave del primer día. En varias vías del área metropolitana de Cúcuta y su zona rural se encontraron cilindros con explosivos, entre ellos en la carretera que comunica a la capital del departamento con Pamplona y en la vía hacia El Zulia. Ambos artefactos fueron destruidos de manera controlada, lo que permitió restablecer la movilidad, aunque con cierres preventivos durante varias horas.

En la vía entre El Zulia y la Y de Astilleros, la guerrilla atravesó un árbol y colgó un mensaje alusivo al ELN, generando temor entre transportadores y comunidades rurales. Sin embargo, el episodio más crítico ocurrió en Puerto Santander, donde un ataque armado del ELN contra la estación de Policía dejó como saldo la muerte de un conductor de ambulancia, quien fue impactado en medio del hostigamiento. Este hecho evidenció la afectación directa a la población civil y a la misión médica, y convirtió a Norte de Santander en el departamento con la víctima mortal más grave del inicio del paro armado.

En Antioquia, aunque no se reportaron víctimas fatales durante el primer día, el paro armado también generó afectaciones importantes. La instalación de banderas del ELN en vías principales derivó en cierres preventivos y en la activación de consejos de seguridad por parte de las autoridades departamentales y municipales. La estrategia del grupo armado buscó generar temor y limitar la movilidad, especialmente en zonas rurales donde históricamente ha tenido influencia.

Otros departamentos permanecieron en alerta ante amenazas emitidas por el ELN contra ciudades como Medellín, Bogotá, Cali, Barrancabermeja y Popayán. No obstante, los reportes oficiales coinciden en que Cauca, Norte de Santander y Antioquia concentraron los mayores impactos operativos y de seguridad durante el primer día del paro armado.

Desde el Gobierno nacional, el presidente Gustavo Petro ordenó a la fuerza pública intensificar las operaciones para proteger a la población civil y garantizar la movilidad. Paralelamente, la Defensoría del Pueblo advirtió que los paros armados constituyen una forma ilegítima de control territorial que restringe derechos básicos y aumenta el riesgo de confinamientos, desplazamientos y violencia contra comunidades vulnerables.

Mientras avanza el paro armado del ELN, las autoridades mantienen el despliegue militar y policial en los departamentos más afectados, en un contexto de alta tensión y expectativa por la evolución de la seguridad en las próximas horas.