Tensión entre Washington y Caracas se profundiza mientras Trump enfrenta creciente presión por su estrategia hacia Venezuela

Por: Maria Jose Salcedo

2 diciembre, 2025

Tensión entre Washington y Caracas se profundiza mientras Trump enfrenta creciente presión por su estrategia hacia Venezuela

La ofensiva del gobierno de Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro atraviesa su momento más crítico. Lo que comenzó como una demostración de fuerza para acelerar la salida del mandatario venezolano ha derivado en un escenario complejo para la administración de Donald Trump, quien ahora lidia con cuestionamientos legales, militares y políticos dentro y fuera del país.

Trump convocó la noche de este lunes a su círculo más cercano de seguridad nacional en la Oficina Oval con el objetivo de redefinir los pasos frente a una escalada que parece escapar a su control. Mientras tanto, Maduro se mostró desafiante ante miles de simpatizantes en Caracas y rechazó cualquier posibilidad de abandonar el poder. Su discurso, cargado de simbolismos nacionalistas, evidenció que no cederá ante las presiones de Washington: “No queremos la paz de los esclavos, ni la paz de las colonias”, afirmó.

La tensión se agravó tras el ataque a una embarcación en el Caribe, que habría dejado muertos a tripulantes que ya no representaban amenaza. Este hecho disparó acusaciones de un posible crimen de guerra, inquietando tanto a demócratas como a influyentes congresistas republicanos. La polémica se agravó cuando la Casa Blanca confirmó la existencia de un segundo ataque, lo que elevó la presión sobre el secretario de Defensa, Pete Hegseth, cuestionado desde su nombramiento por su falta de experiencia y su estilo confrontacional.

El incremento militar estadounidense en la región —incluida la presencia del portaaviones USS Gerald R. Ford frente a Venezuela— pretende forzar la salida de Maduro o provocar su caída interna. Sin embargo, hasta ahora, la estrategia no ha logrado alterar el núcleo de poder del mandatario venezolano. Analistas advierten que Washington pudo haber subestimado la resiliencia del régimen, sostenido por una estructura política y económica que opera como una red de intereses articulados durante dos décadas.

Trump se enfrenta ahora a un dilema estratégico: cumplir sus amenazas y abrir la puerta a acciones militares más directas, con los riesgos internos y externos que ello implica, o buscar una salida negociada que le permita presentarse como vencedor sin escalar el conflicto. La simple retirada sin resultados significaría un golpe severo a su credibilidad internacional, especialmente frente a adversarios como China y Rusia, atentos al desenlace.

La situación se vuelve más delicada ante el rechazo mayoritario de los ciudadanos estadounidenses a una intervención militar en Venezuela. Una operación que cause bajas civiles o pérdidas militares podría convertirse en un costo político difícil de sostener.

Mientras la Casa Blanca intenta justificar legalmente sus acciones, el Congreso exige explicaciones. Legisladores de ambos partidos piden que Hegseth y los mandos militares involucrados comparezcan para aclarar las órdenes impartidas. La posibilidad de violaciones al derecho internacional ha puesto a la administración en el punto más vulnerable desde el inicio de la crisis.

La estrategia de presión máxima que buscaba acelerar un cambio de régimen podría estar entrando en una fase de desgaste. Si Maduro resiste, no solo pondrá a prueba la determinación de Washington, sino que revelará los límites del poder estadounidense en su propio hemisferio.

Por ahora, Trump continúa atrapado en un laberinto geopolítico que no ofrece victorias fáciles y cuyo desenlace podría marcar su legado en política exterior.