Las autoridades de Bucaramanga entregaron nuevos detalles sobre la estructura criminal que ejecutó el violento intento de robo a una joyería en el centro comercial Cabecera Cuarta Etapa, hecho ocurrido el 29 de noviembre que desató una balacera y cobró la vida del intendente jefe Fredy Francisco Leal Briceño, investigador de la Sijín.

La Policía Metropolitana confirmó las identidades de los seis integrantes neutralizados durante el operativo:

Adrianis Esther González Garavito, de 27 años, oriunda de Barranquilla, con antecedente por porte ilegal de armas. Antonio José Felipe Lanchez, de 50 años, procedente de Puebloviejo (Magdalena), vendedor de pescado sin antecedentes. Karina Michellys Criado Pumarejo, de 27 años, natural de Valledupar, con anotación por porte ilegal de armas.

También fueron identificados Jhony José Rodríguez Castillo, de 27 años, venezolano, herido por un impacto de bala en el hombro, y Orlando José Cabrera Méndez, de 54 años, de Barranquilla, herido en el antebrazo.

Víctor Manuel Martínez Suárez falleció en el lugar. Según las primeras verificaciones, habría sido uno de los líderes de la organización y el encargado de coordinar el ingreso armado al centro comercial.

Según los investigadores, la banda actuó con un plan previamente estructurado que incluía roles definidos, movimientos sincronizados y un vehículo situado fuera del centro comercial para facilitar la huida.

El objetivo era una joyería ubicada en el cuarto piso, a la que ingresaron dos mujeres y tres hombres armados. La reacción de la Policía, que tenía unidades de civil dentro del edificio, impidió que consumaran el hurto.

Aunque cinco presuntos implicados fueron capturados y uno más murió en el lugar, la investigación indica que al menos otros seis miembros de la banda lograron escapar. Por esta razón, fue activado un plan de recompensas de hasta 100 millones de pesos para ubicarlos.

El operativo dejó la pérdida del intendente jefe Fredy Francisco Leal Briceño, con 22 años de servicio, quien murió mientras enfrentaba a los asaltantes. Algunos de ellos intentaban infiltrarse entre los habitantes del centro comercial, utilizándolos como escudo para huir.

Compañeros y mandos destacaron que su acción permitió evitar una tragedia mayor dentro del establecimiento, donde decenas de familias buscaban refugio en medio del tiroteo.

El uniformado era reconocido como un investigador meticuloso, disciplinado y experto en operaciones de alto riesgo. Trabajó en la Dijín y el Goes, y durante los últimos cinco años formó parte de los grupos judiciales en Bucaramanga.

Las autoridades sostienen que se trata de una estructura criminal más amplia, con conexiones en la Costa Caribe y posibles enlaces en otras ciudades del país. La investigación continúa para desmantelar completamente la organización y capturar a los prófugos.

Con información de bluradio