El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció el inicio de la operación militar “Southern Spear” (Lanza del Sur), una estrategia que, según afirmó, busca reforzar la lucha de Washington contra el narcotráfico procedente de Latinoamérica. El anuncio se produce en un momento de máxima tensión entre el Gobierno de Donald Trump y el presidente venezolano Nicolás Maduro, mientras aumenta la presencia militar estadounidense en el Caribe.

En un mensaje publicado en la red social X, Hegseth no ofreció detalles operativos, pero señaló que la misión estará liderada por un grupo de trabajo conjunto especializado y el Comando Sur (Southcom), responsable de las operaciones militares de EE. UU. en Suramérica, Centroamérica y el Caribe.

Aunque no fue mencionado explícitamente, la denominación de la operación sugiere que podría abarcar el amplio despliegue naval que Estados Unidos mantiene desde mediados de agosto frente a las costas venezolanas, incluido el reciente arribo del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande y moderno de la flota estadounidense, junto con su grupo de ataque compuesto por miles de marinos, aeronaves tácticas y destructores.

El movimiento militar ha coincidido con un endurecimiento del discurso de la Casa Blanca contra Maduro, a quien califica como un mandatario “ilegítimo”. Paralelamente, el Pentágono ha destruido cerca de veinte embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, en acciones que han dejado alrededor de 70 muertos. Washington afirma que estas lanchas transportaban fentanilo con destino a Estados Unidos y que pertenecían a redes calificadas como “narcoterroristas”.

“El presidente Trump ordenó actuar, y el Departamento de Guerra está cumpliendo”, escribió Hegseth al presentar la operación. Según dijo, “esta misión defiende nuestra patria, expulsa a los narcoterroristas de nuestro hemisferio y protege a nuestra gente de las drogas que están matando a nuestra población”.

El secretario remató su mensaje con una declaración que refuerza la postura intervencionista de la administración Trump en la región: “El hemisferio occidental es la vecindad de Estados Unidos, y la protegeremos”.

La operación “Southern Spear” se suma a un clima regional ya marcado por la preocupación internacional. Países como Francia y Rusia han cuestionado públicamente los bombardeos estadounidenses, mientras que gobiernos como los de Colombia y Reino Unido han suspendido la cooperación de inteligencia con Washington en protesta por el manejo militar del operativo antidrogas.

Con el incremento de tropas y equipamiento naval en el Caribe, y sin un cronograma público ni detalles sobre los alcances de la misión, la presencia estadounidense continúa elevando las tensiones geopolíticas en un momento crítico para Venezuela y la región. En paralelo, el Gobierno de Maduro acusa a Washington de preparar una “agresión imperialista”, mientras la oposición venezolana observa el despliegue con cautela y el resto de América Latina sigue con atención un escenario cada vez más volátil.