La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila enfrenta uno de los momentos más difíciles desde que anunció su aspiración a la Casa de Nariño. En menos de 24 horas, su campaña sufrió dos renuncias clave que, según fuentes políticas, reflejan fracturas internas y un distanciamiento creciente con sectores del uribismo.

Las salidas de Sandra Suárez, gerente de campaña, y Alicia Arango, jefa de debate y una de las figuras más cercanas al expresidente Álvaro Uribe Vélez, fueron confirmadas en la mañana de este lunes. Ambas tomaron la decisión de apartarse del equipo de Dávila, argumentando diferencias estratégicas y de enfoque político, lo que representa un golpe significativo para la estructura electoral que la precandidata había consolidado en los últimos meses.

Las dimisiones se producen en un contexto de creciente tensión entre Vicky Dávila y otros sectores de la derecha, especialmente tras los duros intercambios que ha sostenido en redes sociales con el también precandidato Abelardo de la Espriella. El enfrentamiento público entre ambos ha generado molestia dentro del bloque conservador, que busca mantener una imagen de unidad de cara a las elecciones presidenciales de 2026.

Fuentes cercanas al equipo político de Dávila indicaron que las renuncias de Suárez y Arango habrían sido interpretadas como un mensaje directo del círculo cercano al expresidente Uribe, quien hasta el momento no ha definido su respaldo oficial a ningún precandidato. “Es una señal clara de que el uribismo se está replegando respecto a la candidatura de Vicky”, aseguró un analista consultado.

La periodista, que ha construido su discurso alrededor de la lucha contra la corrupción, la defensa de la libertad de prensa y la crítica al gobierno de Gustavo Petro, se ha convertido en una figura polarizante dentro del espectro político. Sin embargo, su decisión de confrontar a líderes de su propio sector podría estar debilitando su base de apoyo.

A pesar del golpe político, desde el entorno de Dávila aseguran que la campaña continuará adelante y que se está evaluando la llegada de nuevos nombres para reemplazar a las dos exfuncionarias. No obstante, la salida de figuras con amplia experiencia y respaldo político deja a la candidata en una posición incierta frente al reacomodo de fuerzas dentro de la derecha.

Expertos consultados coinciden en que esta crisis interna podría marcar un punto de inflexión en la aspiración presidencial de Vicky Dávila, especialmente si no logra recomponer alianzas y retomar el respaldo de los sectores conservadores más tradicionales. Mientras tanto, su rivalidad con Abelardo de la Espriella y su tensión con el uribismo seguirán siendo factores determinantes en el rumbo de su campaña.

Con la salida de Suárez y Arango, la periodista queda ante el reto de redefinir su estrategia política y demostrar si puede sostener una candidatura independiente dentro de un electorado que, aunque afín ideológicamente, parece dividido en sus lealtades.