El Departamento de Guerra de Estados Unidos informó este jueves la destrucción de un nuevo buque presuntamente vinculado al narcotráfico en aguas internacionales del Caribe, en una operación que dejó tres personas muertas y eleva a 69 el número de fallecidos en el marco de esta campaña militar.

El anuncio fue hecho por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, a través de su cuenta en Truth Social, donde aseguró que la embarcación transportaba “estupefacientes en el Caribe”. Hegseth afirmó que los tres tripulantes fueron “eliminados” y lanzó una advertencia contundente: “Si continúan traficando drogas, los mataremos”.

El mensaje fue acompañado por un video en blanco y negro, sin sonido, que muestra el momento del ataque contra la lancha. Según el funcionario, la operación fue ordenada directamente por el presidente Donald Trump, quien ha reivindicado personalmente la autoría de las ofensivas anteriores.

Con este nuevo ataque, el gobierno estadounidense suma más de 20 embarcaciones destruidas desde que comenzó su campaña militar contra el narcotráfico en altamar. Sin embargo, hasta el momento no se han revelado las identidades ni nacionalidades de las víctimas, lo que ha generado cuestionamientos por parte de organizaciones internacionales de derechos humanos sobre la falta de transparencia y el posible uso excesivo de la fuerza.

La administración Trump ha defendido esta estrategia como una medida “preventiva y disuasoria” frente a las redes del crimen organizado que operan en el Caribe y América Latina. No obstante, analistas advierten que la ausencia de investigaciones judiciales o pruebas públicas sobre los supuestos vínculos de las embarcaciones con el narcotráfico podría situar estas acciones en un terreno de alta controversia legal.

El mismo jueves, una iniciativa presentada por senadores demócratas para limitar las operaciones militares ordenadas por Trump en aguas internacionales fue rechazada en el Congreso. La propuesta obtuvo 49 votos a favor y 51 en contra, gracias al respaldo cerrado de la bancada republicana, que defendió la “autoridad plena” del Ejecutivo para actuar contra amenazas globales.

La ofensiva marítima de Estados Unidos, iniciada a mediados de año, ha intensificado las tensiones diplomáticas en la región y abierto un debate sobre los límites del uso de la fuerza fuera de zonas de conflicto. Mientras tanto, el Pentágono mantiene su postura: continuará atacando cualquier embarcación que considere parte de las redes del narcotráfico internacional.