Momentos de tensión se vivieron a bordo de un Airbus A321 de Air China cuando un cargador portátil se incendió en pleno vuelo, obligando al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia en Shanghái. El incidente ocurrió el pasado sábado 18 de octubre durante el vuelo CA139, que cubría la ruta entre Hangzhou (China) y Seúl (Corea del Sur) con 160 ocupantes a bordo.

El avión despegó a las 9:47 de la mañana desde el Aeropuerto Internacional de Hangzhou Xiaoshan. Dos horas después, una batería portátil guardada en un compartimento superior comenzó a arder, generando humo dentro de la cabina y provocando pánico entre los pasajeros. Un video que circula en redes sociales muestra el momento en que el fuego se desata y los viajeros gritan desesperados mientras la tripulación intenta controlar la situación.

De acuerdo con testigos citados por medios locales, se escuchó una explosión antes de que las llamas se extendieran. Ante la emergencia, el capitán decidió desviar la aeronave hacia el Aeropuerto Internacional de Shanghái Pudong, donde aterrizó sin contratiempos. Ninguno de los pasajeros resultó herido, y la aerolínea confirmó que la tripulación actuó de manera oportuna para contener el fuego.

Este tipo de incidentes no es aislado. En los últimos 20 años se han registrado más de 500 casos similares en vuelos comerciales alrededor del mundo, todos relacionados con baterías de litio, según reportes de seguridad aérea. Estas baterías, usadas comúnmente en dispositivos electrónicos como celulares y cargadores portátiles, pueden sobrecalentarse y prenderse fuego si presentan defectos o se almacenan incorrectamente.

Las normas internacionales permiten transportar baterías de litio en aviones, pero con restricciones. Las de repuesto deben ir en el equipaje de mano y no superar los 160 vatios-hora (Wh). Cualquier batería que exceda ese límite, esté dañada o represente un riesgo, está prohibida en vuelos comerciales.

En julio de este año ocurrió un caso similar en un vuelo de Delta Air Lines que cubría la ruta Los Ángeles–Seattle. Poco después del despegue, una batería se incendió dentro de la cabina, lo que obligó a un aterrizaje de emergencia. Afortunadamente, los pasajeros fueron evacuados sin lesiones.