El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) reafirmó este jueves su compromiso con el acuerdo de alto el fuego y la entrega de prisioneros alcanzado con Israel, aunque responsabilizó al Gobierno de Benjamin Netanyahu por los retrasos en la recuperación y repatriación de los cuerpos de los rehenes israelíes fallecidos en cautiverio.

En un comunicado difundido por el diario Filastín, vinculado al grupo palestino, Hamás sostuvo que las restricciones impuestas por Israel están “impidiendo la provisión de los equipos y dispositivos necesarios” para remover escombros en la Franja de Gaza y localizar los restos de los israelíes desaparecidos.

“La recuperación de los cuerpos restantes requiere maquinaria especializada que no puede ingresar al enclave debido al bloqueo de la ocupación”, señaló el texto, al tiempo que advirtió que algunos cuerpos “fueron enterrados en túneles destruidos” y otros “permanecen bajo edificios colapsados”. El grupo aseguró que los restos que lograron ser recuperados ya fueron entregados a la Cruz Roja Internacional.

Hamás también acusó a las fuerzas israelíes de ser responsables directas de la muerte y entierro de los prisioneros, afirmando que “el mismo Ejército que asesinó a estos rehenes fue el que los sepultó bajo los escombros”. En ese sentido, el movimiento insistió en que cualquier demora “recae enteramente en el Gobierno de Netanyahu, que continúa obstaculizando la entrada de recursos y retrasando la implementación del acuerdo”.

El pacto alcanzado la semana pasada entre ambas partes establecía que Hamás debía liberar a los 48 rehenes en un plazo de 72 horas tras el inicio del alto el fuego, que expiró el pasado lunes al mediodía. Desde entonces, el grupo ha liberado a 20 rehenes vivos y ha entregado los restos de nueve fallecidos, mientras que persisten dudas sobre la identidad de una décima persona.

Hamás aseguró haber entregado todos los cuerpos a los que ha tenido acceso y afirmó que la recuperación del resto depende de la disponibilidad de equipos especializados, un argumento que incluso Estados Unidos reconoció recientemente como plausible al señalar que “el grupo necesitaría más tiempo para localizar a todos los fallecidos”.

Según fuentes gazatíes, las dos últimas entregas de cadáveres se realizaron el miércoles, poco después de que Israel devolviera los cuerpos de 45 palestinos muertos durante la ofensiva sobre Gaza. Con ello, el número de fallecidos intercambiados desde la firma del acuerdo asciende a 90, aunque aún no se han revelado sus identidades.

Tensiones por la reapertura del paso de Rafá

Hamás también denunció las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre el posible retraso en la reapertura del cruce fronterizo de Rafá, en el sur de la Franja, calificando su postura como “un reflejo del enfoque fascista de su Gobierno”. Según el grupo, la negativa israelí a permitir la entrada de ayuda humanitaria constituye una forma de “castigo colectivo” contra la población civil.

Por su parte, la autoridad israelí encargada de coordinar las actividades civiles en los territorios palestinos (COGAT) indicó que la fecha de reapertura se dará a conocer “en una etapa posterior”, y precisó que, cuando ocurra, “solo se permitirá el tránsito de personas, no el ingreso de suministros humanitarios”.

Pocas horas después, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, adelantó que el paso peatonal de Rafá podría reabrirse el domingo, con apoyo de la Misión de Asistencia Fronteriza de la Unión Europea (EUBAM Rafá) y la cooperación de las autoridades egipcias y palestinas.

La ofensiva israelí contra Gaza, iniciada tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, ha dejado más de 67.900 muertos y 170.000 heridos, según cifras del Ministerio de Salud gazatí. No obstante, organismos humanitarios advierten que el número real podría ser mayor, ya que aún se siguen encontrando cuerpos bajo los escombros en zonas devastadas por los bombardeos.