El año 2026 marcará un punto de inflexión en el mundo laboral, impulsado por la expansión de la inteligencia artificial (IA), la automatización y nuevas formas de trabajo que transforman por completo la relación entre personas y tecnología. Según el analista Bernard Marr, colaborador de Forbes España, quienes se adapten a estos cambios con visión estratégica estarán mejor preparados para prosperar en un entorno más competitivo y digitalizado.

Una de las principales tendencias es la consolidación de flujos de trabajo nativos de IA. Las empresas están dejando de integrar la inteligencia artificial como un complemento y comienzan a diseñar procesos desde cero basados en su capacidad predictiva y de automatización. Esto abarca desde cadenas de suministro que se ajustan en tiempo real hasta fábricas que modifican su producción según la demanda o la disponibilidad de materiales.

El segundo gran cambio es la transformación de los espacios laborales en ecosistemas conectados. El trabajo híbrido y remoto se consolida como norma, impulsando la creación de entornos flexibles que combinan herramientas digitales, oficinas colaborativas y espacios virtuales. El objetivo es mantener la cohesión de los equipos y preservar la cultura corporativa, sin importar la ubicación de los empleados.

Marr advierte que la automatización está modificando también el panorama del empleo. La IA está reemplazando profesiones tradicionales, sobre todo en niveles administrativos y de entrada, pero al mismo tiempo impulsa el crecimiento de sectores como la salud, la educación, la construcción y la tecnología. Adaptarse a esta nueva dinámica será clave para quienes buscan estabilidad y oportunidades en 2026.

En medio de la automatización, las habilidades humanas ganan protagonismo. Competencias como la empatía, la creatividad, la comunicación interpersonal y el liderazgo se convierten en elementos diferenciales frente a las máquinas. Las compañías están priorizando el desarrollo de estas capacidades en sus procesos de selección y formación.

Otra tendencia clave es la gestión del talento basada en datos e inteligencia artificial. Las decisiones sobre contratación y desempeño se apoyan ahora en métricas automatizadas que identifican patrones y optimizan la productividad. Sin embargo, Marr insiste en la necesidad de políticas de transparencia y equidad para evitar sesgos y proteger la privacidad de los trabajadores.

Paralelamente, las empresas están rediseñando la experiencia del empleado con el mismo enfoque que aplican a la atención al cliente. Desde la contratación hasta la vida laboral diaria, buscan reducir fricciones y aumentar la satisfacción, lo que se traduce en una mayor retención de talento y productividad.

Finalmente, emerge el concepto de “jubilación suave”, un modelo que propone transiciones graduales hacia el retiro. Profesionales con amplia experiencia optan por roles de asesoría o consultoría, lo que permite a las organizaciones conservar conocimiento valioso sin perder a sus colaboradores más experimentados.

Como concluye Marr, “comprender estas tendencias es el primer paso para prepararse para el futuro del trabajo”. En un entorno donde la inteligencia artificial redefine las reglas, la capacidad humana de adaptarse, crear y conectar será la ventaja más determinante del nuevo mercado laboral.