La reducción en la tasa de nacimientos en Colombia ya se traduce en un efecto directo sobre el sistema educativo. Entre 2015 y 2023, las matrículas en los niveles de Preescolar, Básica y Media (PBM) registraron una caída de 4%, según datos del Ministerio de Educación, lo que amenaza a un sector que aporta más de $80 billones al PIB y da sustento a miles de maestros, directivos y familias.

El mayor impacto se observa en la educación primaria, donde las matrículas cayeron 9% en el periodo de referencia. Le siguen secundaria (-5%) y transición (-2%). Por el contrario, jardín y prejardín crecieron 1%, mientras que el nivel de media mostró una expansión del 9%.

En Bogotá, las cifras a agosto de 2025 confirman la tendencia: las matrículas cayeron 4% frente al mismo periodo de 2024, pasando de 722.689 a 693.684 estudiantes. Desde 2021, la capital ha registrado descensos consecutivos en la cantidad de alumnos inscritos.

Pese a la reducción de estudiantes, el gasto en educación preescolar, básica y media se ha mantenido estable en torno al 5% del PIB desde 2018, lo que refleja un estancamiento en la inversión relativa al tamaño de la economía.

La caída en la matrícula ya se traduce en menos instituciones, especialmente en el sector oficial. Entre 2019 y 2023, se redujo en 11% el número de establecimientos de transición y en 14% los de primaria.

“Muchos colegios estamos preocupados porque cada vez llegan menos niños. En nuestro caso, buscamos atraer a las familias completas y hemos empezado a recibir hijos de egresados, incluso siendo un colegio joven”, señaló Kika Reyes, directora del Boston International.

Universidades con demanda irregular

La educación superior tampoco escapa al fenómeno. Aunque entre 2015 y 2024 las matrículas crecieron 2%, la tendencia general muestra altibajos. En 2017 se alcanzó un pico de 2,44 millones de estudiantes, pero entre 2018 y 2020 hubo estancamiento y caídas de hasta 2%. Solo en 2021 se presentó un repunte de 4%. En 2023 el crecimiento fue mínimo (0,4%), mientras que en 2024 se registró un alza de 3%.

“Si no hay jóvenes, no habrá universitarios, aunque esta es solo una de las variables. La oferta actual es amplia y significativa”, señaló el padre Diego Marulanda, rector de la Universidad Pontificia Bolivariana.

En total, 132 instituciones de educación superior deberán adaptarse a la nueva realidad demográfica.

Lecciones de países envejecidos

La experiencia internacional muestra que naciones con poblaciones envejecidas han enfrentado cierres y fusiones de colegios y universidades, además de una fuerte apuesta por atraer estudiantes extranjeros. Programas académicos en inglés, becas internacionales y descuentos se han convertido en estrategias comunes.

Asimismo, la educación continua, los diplomados cortos y la formación para adultos mayores han ganado terreno como parte de la adaptación a la transformación poblacional.

El desafío para Colombia será diseñar políticas educativas que reconozcan el impacto de la caída de nacimientos y el envejecimiento poblacional, garantizando la sostenibilidad de un sector clave para el desarrollo económico y social.

Con información de La República