Las bandas criminales ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’, responsables de la mayoría de los delitos en Barranquilla y su área metropolitana, anunciaron un cese de actividades ilícitas que estará vigente hasta el 20 de enero de 2026. El acuerdo contempla la suspensión de homicidios, hurtos y extorsiones, y busca ser el primer paso hacia un proceso de paz urbana con el Gobierno Nacional.

El pacto se firmó en la cárcel La Picota de Bogotá y contó con la participación de delegados de la Agencia Nacional de Inteligencia, Jorge Eliécer Díaz, alias ‘Castor’, cabecilla de ‘Los Costeños’, y Digno Palomino, líder de ‘Los Pepes’.

El documento oficial expresa que la iniciativa responde a una convocatoria gubernamental y a la voluntad de “contribuir a la recuperación de la convivencia pacífica en Barranquilla” y de garantizar que “los niños y jóvenes de las barriadas humildes tengan otra oportunidad en la vida y disfruten del derecho y ejerzan el deber de vivir en paz”.

De acuerdo con la Policía Metropolitana de Barranquilla, los indicadores recientes muestran una disminución en delitos como homicidio y extorsión. Sin embargo, autoridades y expertos en seguridad han pedido cautela frente a la tregua, señalando la falta de un marco jurídico que regule este tipo de acuerdos.

En Barranquilla, comerciantes y pequeños empresarios recibieron la noticia con optimismo, especialmente el gremio de tenderos que ha sido uno de los más afectados por la extorsión en los últimos años.

Orlando Jiménez, directivo de Undeco, aseguró que cualquier esfuerzo para frenar la criminalidad es bien recibido: “Desde 2019 vivimos una crisis marcada por muertes, cierres de negocios y afectaciones psicológicas a raíz de la extorsión. Este cese nos da un respiro”.

Luis Trejos, investigador del Observatorio de Seguridad de la Universidad del Norte, advirtió que este proceso carece de coordinación con las autoridades locales y departamentales. Según señaló, el contexto electoral puede estar influyendo en la apertura de estas negociaciones, lo que plantea dudas sobre si se busca realmente un desarme y desmovilización o simplemente una tregua temporal.

Para Trjejo Más que una paz real, podría tratarse de un “apaciguamiento de los grupos”, al cuestionar la sostenibilidad del acuerdo sin un soporte legal ni institucional claro.

Con información de wradio y bluradio