La Universidad Nacional de Colombia (UN) continúa atravesando un clima de incertidumbre institucional. A pesar de los llamados de sus directivas a respetar las decisiones judiciales, persiste la división entre quienes respaldan un paro académico y quienes defienden el cumplimiento del estado de derecho.

El conflicto se originó en marzo de 2024, cuando el Consejo Superior Universitario (CSU) eligió como rector a José Ismael Peña. La decisión fue rechazada por un sector estudiantil que apoyaba en la consulta no vinculante a Leopoldo Múnera, quien posteriormente recibió el respaldo del presidente Gustavo Petro. Ante la negativa del Ministerio de Educación de firmar la posesión de Peña, este acudió a una notaría en Bogotá para oficializar su cargo. Sin embargo, en junio del mismo año, el CSU nombró a Múnera como rector, profundizando la disputa.

Frente a esta controversia, el Consejo de Estado recibió demandas de nulidad contra ambas designaciones. El 4 de septiembre de 2025 emitió la primera sentencia, en la que determinó que la elección de Peña fue legal y cumplió con la normativa interna de la institución. La decisión, en única instancia, no puede ser apelada.

Tras el fallo, Múnera reconoció que el nombramiento de Peña fue ajustado a derecho, pero aseguró que no renunciará al cargo. En un mensaje dirigido a la comunidad académica, reiteró que respetará los fallos judiciales e invitó a mantener la calma y el debate interno sobre el futuro de la universidad.

El panorama jurídico indica que, una vez el Consejo de Estado se pronuncie sobre la elección de Múnera, es probable que su designación sea anulada, lo que daría vía libre al restablecimiento de Peña como rector. En ese escenario, correspondería al CSU restituirlo en el cargo sin necesidad de convocar a un nuevo proceso de elección.

Actualmente, el CSU está conformado por nueve miembros, de los cuales ocho tienen derecho a voto. Sin embargo, solo seis están activos debido a vacantes en la representación estudiantil y de exrectores. De estos seis, cinco son cercanos a Múnera, lo que anticipa nuevas tensiones en caso de que se deba devolver la rectoría a Peña.

Mientras se espera la segunda sentencia del Consejo de Estado, la comunidad universitaria se mantiene en vilo. El desenlace definirá no solo quién ocupará la Rectoría, sino también el rumbo de la institución pública más importante del país, cuyo calendario académico aún se encuentra afectado por los paros y protestas derivados de esta crisis.