Un documento de inteligencia internacional detalla la supuesta alianza entre el Cartel de los Soles, el ELN y Hezbolá para el narcotráfico, lavado de dinero y operaciones ilícitas en la frontera colombo-venezolana.

Un informe de inteligencia internacional señala que el Cartel de los Soles —cuyo máximo cabecilla sería Nicolás Maduro, según Estados Unidos— mantiene una estrecha alianza con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y redes vinculadas a Irán y al grupo extremista Hezbolá.

Blu Radio reveló un documento de cuatro páginas, el cual describe cómo esta cooperación ha permitido el establecimiento de corredores de narcotráfico, refugios seguros, operaciones militares ilegales y actividades extractivas en la frontera entre Colombia y Venezuela, especialmente en el Catatumbo y en áreas limítrofes con Arauca y Norte de Santander.

Una red que trasciende fronteras

El informe advierte que la conexión con Hezbolá e Irán ha proporcionado apoyo financiero, logístico y doctrinal, principalmente en el comercio transnacional de cocaína. Esta relación se habría fortalecido gracias al deterioro de la gobernanza en Venezuela, lo que permitió la infiltración de redes criminales en estructuras estatales.

En este contexto, el ELN habría consolidado su presencia en estados fronterizos venezolanos como Apure, Táchira y Zulia, donde opera campamentos, rutas de tráfico y centros de entrenamiento.

El papel del Cartel de los Soles y la DGCIM

Originalmente enfocado en el narcotráfico para financiar élites militares, el Cartel de los Soles habría evolucionado hacia una estructura compleja que interactúa con grupos armados colombianos. El documento señala que la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) actuaría como garante de impunidad, protegiendo la red y neutralizando disidencias internas.

Además, se registra una creciente cooperación entre el ELN y redes asociadas a Hezbolá para el lavado de dinero y la exportación de cocaína hacia África Occidental y Oriente Medio. Entre los presuntos involucrados figuran generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y de la Guardia Nacional Bolivariana.

Impacto en Colombia

Los vínculos incluirían la autorización para el movimiento de armas y explosivos, protección de pasos ilegales y apoyo logístico en el transporte de drogas. En Arauca, el ELN operaría desde campamentos en Apure para realizar ataques transfronterizos, mientras que en el Catatumbo disputa el control territorial con disidencias de las Farc y otros grupos criminales, ejerciendo control social y coordinando exportaciones de cocaína con respaldo de redes internacionales.

El documento describe la alianza ELN–régimen venezolano como un “actor híbrido” que mezcla insurgencia, crimen organizado y respaldo estatal. Esta condición, advierte, complica los procesos de paz en Colombia y expande el conflicto a escala regional. La crisis institucional en Venezuela y el acceso del ELN a recursos internacionales aumentarían el riesgo de escalada durante 2025.

El informe sugiere sanciones internacionales contra oficiales vinculados, reforzar la inteligencia en zonas de frontera, ampliar la cooperación internacional contra las finanzas de Hezbolá y desarrollar estrategias integrales de control territorial que incluyan seguridad, justicia y programas de desarrollo social.