Lidio García Turbay asumió nuevamente la presidencia del Senado de la República para el periodo 2025-2026, tras obtener 97 votos a favor, 2 nulos y 1 en blanco. Este es su segundo mandato en el cargo, después del periodo 2019-2020, consolidando su papel como uno de los dirigentes más influyentes del Partido Liberal.

Nacido en El Carmen de Bolívar, García ha construido una sólida carrera política con cinco periodos consecutivos como senador, respaldado por una maquinaria electoral fuerte en su departamento. Aunque su estilo es más operativo que mediático, su elección llega en un momento marcado por la tensión entre el Congreso y el Gobierno de Gustavo Petro.

García votó en contra de reformas clave como la laboral y la de salud, pero su cercanía con el ministro del Interior, Armando Benedetti, abre la posibilidad de un diálogo más fluido con el Ejecutivo. No obstante, no se espera que se convierta en un aliado del Gobierno.

Con 54 años, el nuevo presidente del Senado enfrenta el desafío de cohesionar un Partido Liberal fragmentado y ejercer un liderazgo más visible en un contexto político polarizado. Durante su anterior presidencia, su gestión estuvo marcada por la pandemia y un bajo perfil, pero ahora se espera un rol más proactivo.

Su trayectoria ha estado rodeada de polémicas por presuntos casos de corrupción y acaparamiento de tierras, los cuales él ha calificado como persecución política. A pesar de ello, mantiene una amplia base de apoyo en Bolívar, donde su familia controla importantes espacios de poder.

La llegada de García al primer cargo legislativo representa una oportunidad para que el Congreso recupere protagonismo y, al mismo tiempo, un reto para demostrar que su estilo discreto puede ser efectivo en medio de una coyuntura compleja.