El narcotraficante José Adolfo Macías Villamar, conocido como ‘Fito’, se convirtió este domingo en el primer extraditado desde Ecuador a Estados Unidos, marcando un hito histórico tras la eliminación de la prohibición constitucional de extradiciones mediante referéndum el año pasado.

El líder de Los Choneros fue enviado a Estados Unidos en un avión del Departamento de Justicia estadounidense, que partió desde el aeropuerto de Guayaquil a las 2:12 de la tarde hora local. La extradición se concretó tres días después de que la Corte Nacional de Justicia (CNJ) aceptara la solicitud presentada por las autoridades estadounidenses.

‘Fito’ había aceptado el viernes 18 de julio en audiencia judicial ser extraditado a Estados Unidos, según informaron fuentes judiciales. Su decisión estuvo motivada por el riesgo de ser objeto de algún eventual atentado por parte de bandas criminales dentro de La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador donde se encontraba recluido.

El capo había sido recapturado por las autoridades ecuatorianas el pasado 25 de junio, después de un período en el que había estado prófugo del sistema penitenciario nacional.

‘Fito’ lideró Los Choneros, considerada la banda criminal más antigua y una de las más grandes que opera en territorio ecuatoriano. Esta organización ha sido señalada por las autoridades como una de las principales estructuras dedicadas al narcotráfico en el país andino.

La importancia de esta extradición radica en que Macías Villamar representa el primer caso de entrega de un ciudadano desde Ecuador hacia Estados Unidos bajo el nuevo marco constitucional que permite estos procedimientos.

La extradición fue posible después de que Ecuador eliminara mediante referéndum la prohibición constitucional que impedía la entrega de ciudadanos a otros países. Esta modificación legal abrió las puertas para que las autoridades ecuatorianas puedan cooperar de manera más efectiva con la justicia internacional en casos de crimen organizado y narcotráfico.

La recaptura de ‘Fito’ el 25 de junio había sido considerada un éxito significativo para las autoridades ecuatorianas en su lucha contra el crimen organizado. Su posterior extradición demuestra la efectividad del nuevo marco legal para enfrentar estructuras criminales de alcance internacional.

La decisión del narcotraficante de aceptar voluntariamente su extradición refleja las condiciones de alta tensión que viven los líderes criminales en el sistema penitenciario ecuatoriano, donde las rivalidades entre organizaciones pueden representar riesgos para su seguridad personal.

Con información de wradio