El Gobierno de Gustavo Petro alista su tercera reforma tributaria, una nueva apuesta fiscal que promete agitar el debate económico y político en Colombia. El anuncio fue hecho por el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla Ávila, el pasado viernes 13 de junio durante la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025-2035. Según indicó, el proyecto será radicado en el Congreso a finales de julio, coincidiendo con el inicio del último año legislativo del actual periodo presidencial.

Esta nueva reforma tributaria llega en un contexto marcado por la necesidad de fortalecer las finanzas públicas, luego de que la segunda iniciativa fiscal del gobierno —la llamada ley de financiamiento— fuera rechazada en 2024. A diferencia de sus predecesoras, esta reforma buscará recaudar entre 19,6 y 25,4 billones de pesos, lo que la convertiría en una de las más ambiciosas en décadas.

Aunque los detalles definitivos aún están en discusión, el ministro Ávila adelantó algunas de las medidas clave que se contemplan en el articulado. Entre ellas se destacan:

* Nuevos impuestos o ajustes al impuesto al carbono.
* Gravámenes a juegos de azar, plataformas digitales e incluso iglesias.
* Tributos sobre plaguicidas, ruido ambiental y productos como vapeadores.
* Revisión del impuesto al consumo (*impoconsumo*), con especial atención a su progresividad.
* Cambios estructurales en el impuesto de renta para personas naturales, enfocados en mejorar la equidad.
* Fortalecimiento de mecanismos contra la evasión fiscal y la planeación tributaria agresiva.

“Estamos planteando la necesidad de una reforma estructural que marque el inicio del ajuste requerido. Se trata de pensar en alivios tributarios e impuestos indirectos poco distorsionantes para la actividad económica”, declaró Ávila.

 Las críticas no se hicieron esperar

El proyecto, aún sin haber sido radicado oficialmente, ya ha generado reacciones desde distintos sectores. El Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana advirtió que ninguna reforma tributaria en las últimas décadas ha logrado recaudar más de 19 billones de pesos, sugiriendo que las metas actuales podrían estar basadas en supuestos poco realistas.

Por su parte, María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, cuestionó la coherencia de la propuesta frente al discurso gubernamental. “Si la economía está en recuperación, ¿por qué apelar a una reforma tributaria tan fuerte? Si el gasto público está controlado, ¿por qué no se prioriza la austeridad en lugar de más impuestos?”, señaló.

Petro defiende la reforma y apunta al futuro económico

En respuesta a las críticas, el presidente Gustavo Petro defendió la necesidad de una nueva reforma, argumentando que la caída de la ley de financiamiento y la oposición a su consulta popular han obligado al gobierno a recurrir a medidas excepcionales, como la suspensión de la regla fiscal.

“El recorte de gasto en 2025 será definitivo. Para 2026, ya no tendremos la carga del crédito con el FMI adquirido por el gobierno anterior, ni del déficit del fondo de estabilización del precio de los combustibles”, aseguró Petro.

El mandatario también hizo un llamado al Congreso, afirmando que si se aprueba esta reforma, el próximo gobierno encontrará unas finanzas “claras y positivas”. Destacó además que una reducción en la tasa de interés real permitiría impulsar sectores clave como la construcción de vivienda y las inversiones a largo plazo.