Miguel Uribe Turbay, actual senador de la República y precandidato presidencial para las elecciones de 2026, ha emergido como una de las figuras más representativas de la centroderecha colombiana. Su carrera política está marcada por un legado familiar con profundas raíces en la historia nacional, así como por una tragedia personal que ha moldeado su postura frente a la violencia en Colombia.

Nacido en Bogotá el 28 de enero de 1986, Uribe Turbay es hijo de la periodista Diana Turbay, quien falleció en 1991 durante un fallido operativo de rescate, mientras permanecía secuestrada por el grupo narcoterrorista Los Extraditables, bajo el mando de Pablo Escobar. Esta pérdida, ocurrida cuando Miguel tenía solo cinco años, influyó decisivamente en su visión sobre la seguridad y la justicia.

Es nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982) y del dirigente liberal Rodrigo Uribe Echavarría. Se formó académicamente en el colegio Los Nogales y se graduó como abogado en la Universidad de los Andes, donde también obtuvo una maestría en Políticas Públicas. Más adelante, amplió su formación con una maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard, lo que consolidó su perfil como un líder político con preparación internacional.

Uribe inició su carrera pública en 2012 al ser elegido concejal de Bogotá con tan solo 25 años, convirtiéndose en uno de los concejales más jóvenes de la capital. Un año después fue reconocido por periodistas como concejal revelación y en 2014 llegó a la presidencia del Concejo de Bogotá. Durante ese período se destacó como uno de los principales opositores del entonces alcalde Gustavo Petro, criticando políticas como el nuevo esquema de basuras y varias estrategias de política social.

En 2016, el alcalde Enrique Peñalosa lo designó como secretario de Gobierno de Bogotá. Con 30 años, se convirtió en el funcionario más joven en ocupar este cargo en la historia de la ciudad. Su gestión coincidió con una reducción en los índices de homicidios en la capital durante 2018, aunque también enfrentó críticas por el aumento en los hurtos, que subieron un 17% en 2019.

Uno de los momentos más polémicos de su carrera se presentó cuando la Oficina Jurídica de la Secretaría emitió un concepto sobre el feminicidio de Rosa Elvira Cely que fue calificado como revictimizante. Uribe aclaró que no participó en su elaboración y ofreció disculpas públicas a la familia de la víctima.

En 2018 renunció a su cargo para postularse como candidato a la Alcaldía de Bogotá. Su aspiración fue respaldada por más de 400.000 firmas y apoyada por partidos como el Centro Democrático, Liberal, Conservador, Colombia Justa Libres y el MIRA. Aunque obtuvo más de 426.000 votos, fue superado por Claudia López en las urnas.

Su ascenso político continuó en 2022, cuando encabezó la lista del Centro Democrático al Senado. En esas elecciones se convirtió en el congresista más votado del país. Desde el Senado ha sido una voz activa en el debate legislativo, con posturas críticas frente al Gobierno del presidente Gustavo Petro, particularmente en temas de seguridad, economía y reformas sociales.

El 4 de marzo de 2025 oficializó su precandidatura presidencial. Dentro del Centro Democrático, se perfila como el principal aspirante, superando en respaldo interno a figuras como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Andrés Guerra y Paola Holguín. Su perfil combina juventud, experiencia institucional, formación académica de alto nivel y un discurso político que ha captado la atención de amplios sectores del electorado de centroderecha.

Haste este siete de junio Miguel Uribe Turbay se posicionaba como un protagonista clave en el panorama político colombiano, con miras a las elecciones presidenciales de 2026, en un contexto marcado por el debate sobre la seguridad, la institucionalidad y la renovación de liderazgos.

Actualmente lucha por su vida en la Clínica Fundación Santa Fe, luego de ser víctima de un atentado en su contra, al recibir un balazo en la cabeza mientras se encontraba en un mitin político en la localidad de Fontibón.