En un discurso contundente durante la conmemoración de los 174 años de la abolición legal de la esclavitud en Colombia, la vicepresidenta Francia Márquez lanzó una crítica directa al Gobierno del que forma parte. Aseguró que su gestión ha estado marcada por la falta de garantías, la exclusión institucional y un contexto de racismo estructural que ha dificultado su labor en el Ejecutivo.

“No ha sido fácil mi tarea como vicepresidenta, no ha sido una tarea fácil gobernar un país que tiene un Estado racial, con un Gobierno que también practica el racismo y el patriarcado”, afirmó Márquez ante el público expectante.

Críticas al retiro del Ministerio de la Igualdad

Una de las decisiones más cuestionadas por Márquez fue su retiro de la dirección del Ministerio de la Igualdad, cartera que había sido pensada como una extensión de su mandato vicepresidencial para promover la equidad y justicia social.

“No me han dejado gobernar. Cuando pensaba llevar la inversión a los territorios, el presidente tomó una decisión y es separarme de ese ministerio y poner a otra persona”, explicó. “No he podido gobernar de manera concreta llevando respuestas de una institución con presupuesto a los territorios”, añadió, en una clara muestra de frustración.

La vicepresidenta también reveló que muchas de sus iniciativas han podido ejecutarse gracias a la cooperación internacional, no por el respaldo del Gobierno central.

Obstáculos para ejecutar los compromisos 

No es la primera vez que Márquez manifiesta sentirse marginada en el Gobierno. En esta ocasión, además de insistir en la falta de apoyo institucional, mostró tristeza por lo que percibe como una desconexión entre las promesas de campaña y la realidad de su cargo.

“He tenido muchas trabas y obstáculos para materializar esos sueños y esperanzas para mi gente, para mi pueblo y para este país”, lamentó. Y agregó: “He tenido que reunirme con alcaldías y líderes locales para poder cumplir la tarea y que mi gente no termine diciendo que llegar aquí no ha servido para nada”.

La vicepresidenta también denunció la falta de reconocimiento oficial sobre el racismo en Colombia, al afirmar que sus denuncias suelen ser minimizadas o descalificadas.

“En Colombia, cuando hablamos de racismo, nos dicen que somos resentidos, que nos victimizamos, pero jamás hay una postura de reconocer el racismo”, declaró la vicepresidenta.

Sus palabras han generado debate político y reacciones encontradas en redes sociales, donde algunos usuarios han respaldado su postura como una voz necesaria dentro del Gobierno, mientras que otros la acusan de fracturar la unidad del Ejecutivo.

Con información de El Colombiano.