David Roberts, exsargento de policía y guardaespaldas de la legendaria Whitney Houston durante seis años, compartió recientemente detalles fascinantes y poco conocidos sobre su tiempo al lado de la cantante. Desde su primera impresión hasta las dinámicas detrás de cámaras, Roberts ofreció un relato sincero sobre las luces y sombras de proteger a una de las estrellas más grandes de todos los tiempos.

BBC habló con Roberts, quien contó que cuando le ofrecieron trabajar como guardaespaldas de Houston, él era un oficial de seguridad en la embajada estadounidense de Londres, y no tenía idea de quién era. Sin embargo, bastaron unos momentos junto a ella para cambiar su percepción.

“Era una mujer increíblemente sofisticada, inteligente y tímida”, recuerda. Su talento vocal, que describió como “la voz de un ángel”, lo dejó impresionado, y desde el principio ambos desarrollaron una conexión profesional sólida.

Inspiración para “The Bodyguard”

Roberts asegura que su relación profesional con Houston inspiró la película The Bodyguard (1992), protagonizada por la cantante y Kevin Costner. Aunque los elementos románticos de la película no reflejan su realidad —según él, era más como “un tío amable” para la estrella—, compartieron una sincronía única. “Sabía lo que quería sin necesidad de palabras”, comentó.

Proteger a Houston no era tarea sencilla. Durante una gira en Medio Oriente, enfrentó amenazas de fanáticos obsesionados, incluyendo uno que planeaba interrumpir un concierto para llevarla al “cielo”. Estos incidentes subrayan el costo emocional y físico de ser una figura pública.

Además, Roberts registraba a Houston en hoteles con el nombre de “Rachel Marron”, el personaje que interpretaría en *The Bodyguard*, para garantizar su privacidad y seguridad.

Roberts también fue testigo de la tumultuosa relación de Houston con Bobby Brown, con quien estuvo casada durante 15 años. Aunque admite que inicialmente dudó de la durabilidad de su matrimonio, reconoce que ambos desafiaron las expectativas.

Para Roberts, la fama de Houston vino con un alto precio. Describe su vida como una constante lucha por la normalidad, limitada a momentos íntimos con amigos o en la soledad de una habitación de hotel. “Ese nivel de fama es un precio demasiado caro de pagar”, concluyó.

Por su parte, su carrera como guardaespaldas también tuvo un impacto personal significativo. “Los años que pasé viajando con Whitney me costaron en muchos aspectos”, admitió, dejando entrever cómo su vida personal sufrió durante esos años.

La historia de Roberts no solo arroja luz sobre la vida privada de Whitney Houston, sino también sobre las realidades complejas y muchas veces desconocidas de quienes se dedican a proteger a las celebridades.