El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó este martes la captura de siete presuntos mercenarios extranjeros, entre ellos dos ciudadanos estadounidenses, a tan solo tres días de la controversial fecha en la que tanto él como el líder opositor Edmundo González Urrutia aseguran que asumirán la presidencia.

“Hoy hemos capturado a siete mercenarios extranjeros, incluyendo a dos importantes mercenarios de Estados Unidos”, declaró Maduro durante un acto político. Añadió que “están convictos” y anticipó que “en las próximas horas estarán confesos”.

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Por su parte, el partido opositor Voluntad Popular (VP) denunció una “ola de desapariciones” dirigida a dirigentes opositores y activistas de derechos humanos. Según la organización, agentes del gobierno habrían detenido al excandidato presidencial Enrique Márquez y al activista Carlos Correa.

El yerno del líder opositor González Urrutia, Rafael Tudares, también fue arrestado en Caracas mientras llevaba a sus hijos al colegio. González Urrutia denunció desde Washington lo que calificó como un “secuestro”, afirmando que estas acciones forman parte de una estrategia del gobierno para intimidar a la oposición.

Estas acusaciones se suman al asedio reportado por la líder opositora María Corina Machado, quien aseguró que su residencia familiar estaba rodeada de agentes del régimen y drones. Machado llamó a los venezolanos a participar en una manifestación masiva el próximo 9 de enero, instándolos a vestir los colores de la bandera nacional.

En otro frente, el Parlamento de mayoría chavista declaró personas no gratas a nueve expresidentes latinoamericanos que planean acompañar a González Urrutia en su intento de asumir la presidencia el 10 de enero. Entre los exmandatarios vetados se encuentran Andrés Pastrana (Colombia), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Vicente Fox y Felipe Calderón (México).

El presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, afirmó que estos líderes internacionales deben ser tratados como “invasores” si ingresan al territorio venezolano y advirtió que “deben ser capturados y sometidos a la justicia venezolana”.

En medio de las crecientes tensiones, Maduro firmó un decreto para activar el Órgano de Defensa Integral (ODI), una medida que busca integrar a las Fuerzas Armadas, la Milicia Nacional y las fuerzas policiales en un esfuerzo por “proteger la soberanía nacional”.

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El mandatario aseguró que este órgano estará activo hasta el 9 de enero y subrayó que “nadie podrá con nosotros, no han podido ni podrán”.

La fecha del 10 de enero se vislumbra como un punto crítico en la historia reciente de Venezuela, con ambos bandos preparándose para lo que podría ser un enfrentamiento directo por el poder. Mientras tanto, los llamados a la movilización por parte de la oposición y las medidas de control implementadas por el gobierno intensifican las tensiones en un país ya profundamente polarizado.