Retorno a la presencialidad podría desencadenar una alta rotación de personal en las empresas

Por: Maria José Salcedo

27 octubre, 2024

Retorno a la presencialidad podría desencadenar una alta rotación de personal en las empresas

El regreso a la presencialidad en el ámbito laboral se está imponiendo como una tendencia firme entre las grandes empresas y altos directivos, aun cuando los trabajadores continúan mostrando preferencia por modelos flexibles. Según el informe CEO Outlook 2024 de KPMG, el 83% de los directores generales considera que, en los próximos tres años, la modalidad de trabajo presencial será nuevamente la norma. Esto representa un aumento considerable frente al 64% registrado el año anterior.

Este cambio de paradigma no es meramente teórico: empresas de la talla de Amazon, Citigroup, Microsoft, Apple y Zoom están ajustando sus políticas para fomentar un retorno a las oficinas. Además, el 87% de los CEOs a nivel mundial han asegurado que los empleados que opten por trabajar en modalidad presencial recibirán incentivos, como incrementos salariales, asignaciones favorables o promociones, según el reporte de KPMG.

Razones de la preferencia por la presencialidad

Desde la perspectiva de los directivos, el regreso a las oficinas tiene múltiples ventajas. Algunos líderes empresariales señalan que trabajar de forma presencial mejora la colaboración entre empleados y permite fortalecer la cultura organizacional, al tiempo que reduce los riesgos de ciberseguridad.

No obstante, esta apuesta por la presencialidad está generando descontento en un segmento considerable de los trabajadores, quienes valoran los beneficios de los modelos flexibles, como la mejora en el equilibrio vida-trabajo, la reducción en tiempos de traslado y la posibilidad de optimizar su productividad en entornos menos estructurados.

En México, esta realidad no es ajena. Un estudio de PageGroup sobre las tendencias laborales en 2024 encontró que el 37% de los empleados ahora trabaja más en la oficina que hace un año. Esta transición, sin embargo, no se debe a un cambio voluntario de los trabajadores, sino que responde a políticas internas más estrictas y a la necesidad de realizar más reuniones presenciales, según el análisis de la firma de consultoría.

De acuerdo con el informe El trabajo híbrido llegó para quedarse de Ipsos, México es el país de Latinoamérica con mayor proporción de empleados trabajando presencialmente. Alrededor del 66% de la fuerza laboral en el país asiste diariamente a las oficinas, una cifra que está diez puntos por encima del promedio regional.

Insatisfacción y búsqueda de nuevas oportunidades laborales

El estudio de PageGroup muestra que el 55% de los empleados que han regresado a la oficina en cumplimiento de políticas internas están activamente en búsqueda de un nuevo empleo. Esta situación refleja una desconexión entre las expectativas de los empleados y las decisiones de la alta dirección. “Forzar este cambio puede incrementar la rotación de personal, ya que los empleados que están en la oficina por cambios en la política empresarial tienden a estar más insatisfechos con su puesto actual”, señaló la firma en su análisis.

De hecho, el informe Tendencias del entorno laboral en México 2024 de Kelly indica que sólo el 14% de los empleados desea un esquema totalmente presencial. Para la mayoría, la flexibilidad sigue siendo un factor clave en la aceptación de nuevas oportunidades laborales, ya que permite beneficios como el ahorro en desplazamientos y un mayor balance entre vida personal y profesional.

En este contexto, las empresas que mantienen esquemas de trabajo híbrido o remoto están ganando terreno en la atracción de talento. El futuro del reclutamiento 2024 de LinkedIn destaca que las vacantes que ofrecen flexibilidad tienen un 29% más de probabilidad de recibir solicitudes en comparación con las que no ofrecen esta opción. Asimismo, la mitad de los reclutadores consideran que los puestos presenciales representan un reto en la atracción de candidatos.

A medida que las empresas insisten en el retorno a la presencialidad, los niveles de compromiso y satisfacción de los empleados podrían verse afectados a largo plazo, lo que, a su vez, podría reducir la retención de talento y el bienestar en el ambiente laboral.