Un violento ataque perpetrado por hombres armados en el corregimiento de San Adolfo, municipio de Acevedo, Huila, dejó como saldo tres víctimas mortales, incluyendo al exlíder comunal Fabio Ojeda, según informaron autoridades locales.

Juan Carlos Casallas, secretario del Gobierno de Huila, confirmó que “los cuerpos fueron abandonados en la vía, y que adicionalmente dejaron unos panfletos del frente Rodrigo Cadete, al mando de alias Calarcá”. El asalto, ejecutado por aproximadamente quince individuos armados, inició con el lanzamiento de una granada de fragmentación contra la residencia de una líder comunal.

Las víctimas identificadas incluyen dos recolectores de café y  el esposo de la presidenta de la Junta de Acción Comunal local. La presidenta de la JAC de la vereda Playitas logró sobrevivir al ataque, aunque las motivaciones del mismo permanecen desconocidas.

Edgar Prada, alcalde de Acevedo, hizo un llamado urgente al gobierno nacional: “Hoy hacemos un llamado a las autoridades del orden nacional y departamental para que direccionemos un consejo de seguridad en nuestro municipio”. El funcionario destacó la precaria situación de seguridad, señalando que solo disponen de cinco policías para toda la jurisdicción.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) ha documentado la presencia de diversos grupos armados en la zona como el Frente Rodrigo Cadete del Bloque Jorge Suárez Briceño y bandas locales con influencia en la zona metropolitana de Neiva.

Cifras alarmantes en 2024

Según datos de Indepaz, la situación de violencia en Colombia presenta un panorama preocupante:

• 56 masacres registradas
• 21 firmantes del acuerdo de paz asesinados
• 137 líderes sociales eliminados, incluyendo:
  • Líderes comunales
  • Sindicalistas
  • Indígenas
  • Defensores de derechos humanos

La última masacre en Huila había ocurrido el 21 de julio de 2024 en la Vereda Agua Fría, donde cinco personas fueron atacadas en su hogar, incluyendo dos campesinos. La Defensoría del Pueblo había emitido una alerta temprana a finales de agosto, advirtiendo sobre posibles ataques contra la sociedad civil.