Comienzan los pronósticos en torno al aumento del salario mínimo para 2025

Por: Maria José Salcedo

1 octubre, 2024

Comienzan los pronósticos en torno al aumento del salario mínimo para 2025

El aumento del salario mínimo en Colombia es un tema que genera gran expectativa entre los ciudadanos y las organizaciones laborales, dado su impacto directo en el poder adquisitivo de millones de trabajadores. Las negociaciones para definir el salario mínimo para 2025 comenzarán en octubre, un proceso clave para la economía nacional y para el bienestar de los colombianos, quienes siguen de cerca estas conversaciones.

En los últimos años, Colombia ha experimentado incrementos progresivos en el salario mínimo. En 2023, el aumento fue del 16%, mientras que para 2024, el ajuste fue del 12%. Estas cifras reflejan un intento de compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores debido a la inflación, aunque también han generado preocupaciones en algunos sectores sobre su impacto en la estabilidad económica del país.

Al respecto, José Ignacio López presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), sugirió un incremento salarial moderado, preferiblemente de un solo dígito.

López argumentó que este ajuste moderado sería beneficioso para la economía colombiana, especialmente considerando que la inflación proyectada para finales de 2024 podría estar en torno al 5% o 6%. “Deberíamos tener un aumento de un solo dígito y muy apegado a la fórmula de inflación más productividad”, señaló López, resaltando que los aumentos anteriores en términos reales han sido “generosos”. Su postura está alineada con la preocupación de que un aumento elevado del salario mínimo podría contribuir a una mayor inflación, generando efectos adversos tanto para los trabajadores como para la economía en general.

Inflación y productividad: factores clave en la negociación

La inflación es un factor crucial en las negociaciones del salario mínimo, ya que determina el costo de vida y, por ende, el poder adquisitivo de los colombianos. En un contexto de alta inflación, un aumento significativo en el salario mínimo puede parecer una solución a corto plazo, pero también existe el riesgo de que un incremento demasiado elevado alimente la inflación, generando un ciclo en el que los precios suben de manera continua.

Por otro lado, la productividad es otro aspecto fundamental en este debate. Los aumentos salariales están tradicionalmente vinculados a los niveles de productividad laboral, por lo que un crecimiento en este indicador puede justificar ajustes en los salarios. Sin embargo, como señaló López, aunque se han visto algunas mejoras en la productividad, los datos aún son inciertos y podrían cambiar en los próximos meses.

El aumento del salario mínimo no solo afecta a los trabajadores que lo reciben directamente, sino también a otros sectores económicos. Un ajuste salarial puede influir en los costos de producción, lo que a su vez repercute en los precios de bienes y servicios. Por ello, es fundamental que las negociaciones para el aumento del salario mínimo se realicen con una visión equilibrada, que tenga en cuenta tanto las necesidades de los trabajadores como la estabilidad económica del país.

En este escenario, los distintos sectores —gobierno, empresarios y sindicatos— tendrán que encontrar un punto de equilibrio para definir el incremento salarial de 2025. Aunque aún es temprano para anticipar un resultado, las declaraciones de José Ignacio López reflejan una tendencia hacia la cautela, en medio de un contexto económico marcado por la inflación y la incertidumbre global.