La tasa de desempleo juvenil a nivel mundial ha alcanzado su nivel más bajo en 15 años, según informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) este lunes. Sin embargo, la OIT advierte que esta mejora en el empleo no ha sido universal, y la creciente precarización de la mano de obra genera una “creciente ansiedad” entre los jóvenes.

El informe de la OIT revela que la tasa global de desempleo juvenil se situó en un 13% en 2023, la cifra más baja desde 2008 y por debajo del 13,8% registrado en 2019, antes de la pandemia de COVID-19. La organización prevé que esta tendencia a la baja continuará, con una proyección del 12,8% para 2024 y 2025.

A nivel global, 64,9 millones de jóvenes se encuentran desempleados, lo que representa el número más bajo desde el año 2000. Sin embargo, la OIT destaca que este avance no se ha distribuido de manera equitativa entre las diferentes regiones y grupos demográficos.

En la región de las Américas, que incluye América Latina, el Caribe, Estados Unidos y Canadá, la tasa de desempleo juvenil cayó al 11,8% en 2023, la cifra más baja en dos décadas. Este contraste positivo no se repite en todas las regiones del mundo. En los Estados Árabes, Asia Oriental, Asia Sudoriental y el Pacífico, la tasa de desempleo juvenil en 2023 fue superior a la de 2019, lo que indica una recuperación desigual post-pandemia.

Además, el informe subraya la disparidad de género en el mercado laboral juvenil. Aunque las tasas de desempleo para mujeres y hombres jóvenes en 2023 fueron casi iguales (12,9% y 13%, respectivamente), los hombres jóvenes se beneficiaron más de la recuperación económica. Dos de cada tres jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni reciben formación son mujeres, lo que subraya una brecha persistente en las oportunidades laborales para las jóvenes.

La precarización del empleo juvenil

A pesar de la disminución en la tasa de desempleo juvenil, la OIT alerta sobre la creciente precarización del empleo entre los jóvenes. Más de la mitad de los trabajadores jóvenes a nivel mundial tienen un empleo informal, lo que limita su acceso a un trabajo decente, particularmente en las economías emergentes y en desarrollo. Esta situación genera una profunda inseguridad entre los jóvenes, quienes luchan por alcanzar la independencia económica y avanzar en su vida adulta.

El director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, expresó su preocupación al respecto: “Ninguno de nosotros puede esperar un futuro estable cuando millones de jóvenes de todo el mundo carecen de un trabajo decente y, como consecuencia, se sienten inseguros e incapaces de construir una vida mejor para ellos y sus familias”.

El informe concluye que es crucial implementar políticas que promuevan el acceso de los jóvenes a trabajos formales y decentes, especialmente en las regiones más afectadas por la precarización laboral. Esto no solo contribuiría a reducir las tasas de desempleo, sino que también abordaría la ansiedad y el descontento entre los jóvenes, creando un entorno más estable para el desarrollo económico y social global.