El golpe de Estado perpetrado por el comandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zuñiga, contra el presidente constitucional, Luis Arce, ha generado una oleada de condenas en la comunidad internacional. Jefes de Estado y dirigentes políticos de diferentes estamentos han reaccionado con firmeza contra el intento de quebrar el orden constitucional en el país suramericano.

La presidenta pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y presidenta de Honduras, Xiomara Castro, convocó a una reunión de urgencia a los gobernantes de los países del organismo regional para condenar el fascismo que atenta contra la democracia en Bolivia y exigir el respeto pleno al poder civil y a la Constitución.

Brasil, uno de los países más importantes de la región, reafirmó su compromiso con la democracia en Bolivia. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que “La posición de Brasil es clara. Soy un amante de la democracia y quiero que ella prevalezca en toda América Latina. Condenamos cualquier forma de golpe de Estado en Bolivia y reafirmamos nuestro compromiso con el pueblo y la democracia en el país hermano, presidido por Luis Arce”.

Colombia, por su parte, rechazó el golpe militar en Bolivia y apoyó la resistencia democrática. El presidente Gustavo Petro invitó “a todo el pueblo boliviano a la resistencia democrática” y aseguró que “América Latina debe unirse a favor de la democracia. La embajada de Colombia debe otorgar refugio a los perseguidos. No habrá ninguna relación diplomática de Colombia con la dictadura”.

En Estados Unidos, la Casa Blanca pidió “calma y moderación” y está siguiendo de cerca la situación en Bolivia. Sin embargo, no utilizó la designación de “golpe de Estado” para describir el hecho de que un sector del Ejército boliviano se alzó contra el Gobierno y un tanque entró a la fuerza a la sede del Ejecutivo en La Paz.

Venezuela, aliado político cercano al Gobierno de Arce, denunció un golpe de Estado contra la democracia boliviana. El presidente Nicolás Maduro conversó con Luis Arce y Evo Morales y aseguró que “estamos, desde Venezuela, denunciando un golpe de Estado contra la democracia boliviana”.

México y Uruguay también condenaron el atentado contra el orden democrático y constitucional en Bolivia. El presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó su rechazo al golpe y dio su respaldo a Arce, “auténtica autoridad democrática de ese pueblo y país hermano”. El presidente Luis Lacalle Pou, por su parte, emitió una condena enérgica contra lo que aseguró es un atentado “contra su orden democrático y constitucional”.

La condena internacional es unánime. La comunidad internacional ha demostrado su compromiso con la defensa de la democracia en Bolivia y en la región. Es fundamental que los países de la región y del mundo sigan unidos en defensa de la democracia y el Estado de Derecho.

Con información de EFE