El Tribunal Superior de Bogotá está a punto de tomar una decisión crucial que podría permitir el regreso del Aguardiente Real de Antioquia al mercado licorero colombiano. Este producto fue retirado tras una medida cautelar solicitada por la Industria Licorera de Caldas (ILC). La controversia se originó a partir de una disputa sobre infracción marcaria y competencia desleal.

La disputa comenzó cuando la ILC lanzó el Aguardiente Amarillo de Manzanares. En respuesta, la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) introdujo el Aguardiente Real. La ILC interpuso una acción legal ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), alegando que el Aguardiente Real imitaba su producto, induciendo a los consumidores a la confusión.

La ILC argumentó que el Aguardiente Real utilizaba un color similar a su licor, aprovechándose de la reputación del Aguardiente Amarillo de Manzanares. Además, afirmó que la forma, el color y la tipografía de la botella del competidor eran muy parecidos a los suyos, violando las normas de competencia leal.

Como resultado de la demanda, la SIC decretó una medida cautelar que obligó al retiro del Aguardiente Real del mercado. Esta decisión afectó significativamente a los distribuidores de la FLA, quienes se vieron imposibilitados de vender el producto.

Ante esta situación, un grupo de 11 importantes distribuidores de la FLA en todo el país decidió intervenir en el proceso a través de una figura jurídica llamada coadyuvancia. Contrataron un peritaje independiente y lo presentaron ante la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá.

El peritaje concluyó que no existía ningún tipo de similitud entre los productos que pudiera confundir a los consumidores, desvirtuando así los argumentos de la ILC.

En los próximos días, el Tribunal Superior de Bogotá deberá fallar sobre este caso en única instancia. La decisión del Tribunal podría permitir que el Aguardiente Real regrese al mercado, lo que tendría un impacto significativo en el sector licorero del país.