El Vaticano ha emitido una declaración contundente contra la “teoría de género”, advirtiendo sobre los riesgos que conlleva cualquier cirugía de cambio de sexo, en un nuevo documento aprobado por el papa Francisco y titulado “Dignitas Inifinita” (Dignidad Infinita).

Según la información proporcionada por la oficina de doctrina del Vaticano, la declaración se centra en múltiples amenazas a la dignidad humana, incluidas cuestiones como la pobreza, la pena de muerte, la guerra, el aborto, el abuso sexual y el abuso de las mujeres. Además, enfatiza la importancia de rechazar los intentos de borrar “la diferencia sexual entre el hombre y la mujer”.

El texto, publicado recientemente, advierte que cualquier intervención de cambio de sexo corre el riesgo de amenazar la “dignidad única” de la persona, recibida desde el momento de la concepción. Aunque en gran medida reitera la enseñanza católica sobre estos temas, el documento busca destacar la igualdad de dignidad de todas las personas, independientemente de sus circunstancias.

El Vaticano también aborda la gestación subrogada, calificándola como una violación tanto de la dignidad del niño como de la mujer, y respalda la prohibición de esta práctica, una postura recientemente respaldada por el papa Francisco.

Aunque el papa ha sido crítico con la teoría de género, ha brindado apoyo pastoral a los católicos transgénero, demostrando un enfoque compasivo y de inclusión. Sin embargo, el documento del Vaticano advierte sobre la ideología de género, describiéndola como una forma de “colonización ideológica”.

El cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, un aliado cercano del papa Francisco, ahora dirige la oficina de doctrina del Vaticano, que recientemente permitió que personas transgénero actúen como padrinos en bautismos y testigos de matrimonios, marcando un cambio en la posición del Vaticano de 2015 sobre este tema.

Aunque algunas personas dentro de la comunidad católica han criticado las posturas del Vaticano sobre la teoría de género, el último documento enfatiza la necesidad de preservar la dignidad humana en todas las circunstancias, incluso en el mundo digital y frente a la pena de muerte.